LA REINA DE
MI HOGAR
Es
mi reina la que conserva la paz,
la
paz que serena y sana mi herida.
Quien
del manantial sacro de la vida
vigila
y preserva la llama fugaz.
Es
aquella que, lejana a la caterva,
apacible,
honesta y con destreza,
tranquiliza
la estancia con nobleza
pura
se muestra y casta se preserva.
Por
todo ello, es la más admirada,
por
su amor perenne e inagotable,
la
familia la quiere y la reclama:
sólido
refugio y ardiente morada,
flor
de felicidad inmarchitable,
aliento
fraternal que a todos ama.
Logroño, 8 de diciembre de 2012
(En el día de la Madre)