EL HOMBRE CORROMPIDO POR LA MALICIA.
(Reflexión)
El hombre es el más insensato de
los seres, es para él y para los demás dañino. Con la edad, la fortuna, el
interés y la pasión va modificándose; no cambia más la apariencia que la de su condición. Como individuo de
bien yerra, y con amor propio persevera, Hace realzar la venganza y la
crueldad. Sabe disimular y tener ocultos largo tiempo sus afectos. Con
palabras, la risa y las lágrimas, oculta lo que tiene en el corazón. Con la
religión disfraza sus designios, con el juramento los acredita y con la mentira
los oculta; obedece al temor y a la esperanza; los favores le hacen ingrato, el
mando soberbio, la fuerza útil y la ley rendido. Escribe en barro los
beneficios, las injurias recibidas en mármol, y el bien que hace en bronce. El
amor lo gobierna, no por caridad, sino por algún asunto de bien; la ira le
ordena; en la necesidad es humilde y obediente, y fuera de ella es arrogante y
despreciador. Lo que le ensalza o alegra le falta; Desprecia lo propio y
ambiciona lo ajeno; cuanto más alcanza más desea; en fin, ama en los demás el
rigor de la justicia y en si mismo lo aborrece.
¿Somos así los hombres…?