ELEGÍA
(Cómo muere un
pueblo)
¡Oh pueblo mío!, qué
triste quedas,
un gran silencio va
llenando tu quebranto
y lastimeros ayes gime el
viento en tus moradas.
¡Quién ha visto en tus
calles la alegría,
las sonrisas y los cantos
en alegre algarabía
de los mozos y las mozas
cada día!.
Hoy triste y afligido te
encuentras
porque tu gente está
ausente o se ha ido
y solo quedan unos pocos
afligidos.
Muchos volaron al cielo a
ser aurora,
dejando al pueblo en el
olvido
de este lugar triste que
su ausencia llora.
Algunos se quedaron
descansando en cruel espera
del inocente ser que nunca
llega;
mientras, contemplan
sonrientes ese amor que no prospera.
Ya no silba el viento, ni
gruñe, ni suena,
ni el agua discurre como
antes lo hacía,
ni la tierra es próspera
ni amena,
ni el árbol saluda al
nuevo día,
ni el sol brilla como
siempre solía,
ni la luna en la noche
cálida o fría.
El Alhama corre en raudal
torrente
y a veces se detiene para
oír el triste llanto
de álamos y cipreses que
acompañan la corriente.
¡Algún día la rubia aurora
entre nubes,
plácida asomará su alegre
y radiante frente
llamando al día para
darnos sus alegres albores!.
De mi libro (Como salen del alma)
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