DÁNDOME DESCANSO AL ALMA
Porque
lo ha mandado el viento
gira
tu piedra molino,
las
aspas dan muchas y vueltas
y
el grano rompe muy fino.
Cara
al viento, monte arriba,
buscando
un lugar en calma
iba
yo con mi jumento
una
mañana temprana,
y
mientras la muela molía
dejando
el grano muy fino
buscaba
descanso al cuerpo
en
lo alto del camino,
y
cuando a la cima llegué
el
sol los ojos cegaba,
me
puse a la sombra un rato
dándome
descanso al alma.
Con
los últimos reflejos
que
la tarde me mandaba,
se
iban perdiendo a lo lejos
los
rayos que me quemaban.
Detrás
de ellos lentamente
de
la cima me bajaba,
dando
al aire una canción;
poco
a poco descansaba.
¿Hay
que amar solo la vida
o
también amar la muerte?
Amar,
amar cada día,
morir
mejor de repente.
Sigue
moliendo, molino,
que
el viento te lo ha mandado,
las
órdenes son muy severas
y
el cierzo pasa volando.
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