UN TROCILLO
DE PAPEL
Exhibiendo
su blancura más pura,
como
una tentación a ser escrita,
un
trocillo de papel me invita
a medir en un soneto su hechura.
¡Qué
nombre le pongo a la escritura?
¿Qué
tema a componer me incita?
Al
afrontar el lance necesita
mi
pluma, y marchar de esta apretura.
Pido
favor a las Diosas, me concentro,
intento
componer, pero no encuentro
la
forma de derrotarla en mi porfía.
Nada se manifiesta en mi mollera
y mi sequedad mental, me exaspera.
Lo arrinconaré, pues, para otro
día.
Logroño, 2
de abril de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario