EL
RETORNO
Vieja
villa de Inestrillas, triste estás meditando,
desde
tu verde valle contagiaste mi quebranto
como
el árbol va inclinándose al viento dormitando:
te
traigo mi dolor y te ofrezco todo mi llanto.
Hoy
he vuelto. Sigo siendo el mismo, la sed me aqueja
y
pide tus fragancias, a ella le ofrezco esta canción,
y
también soy el que aprecia cada minuto que deja
prendido
el llanto más dulce dentro de mi corazón.
Hoy
vuelvo a tu tranquilidad otoñal, he buscado
infructuosamente
mi rastro entre todas las huellas
que
sobrecogían al céfiro y el sol lo ha quemado,
todas
mis ilusiones son las hojas muertas aquellas.
Mientras
tanto, quiero recomenzar aquella senda
que
un mal imperioso llegó a consumir los destellos
de
la vieja alameda, y que te guardo como ofrenda
en
lo mas profundo de mi alma y de mis resuellos.
Inestrillas,
30 de agosto de 2015