EPÍSTOLA
A MI MENTOR
(D.
Felipe
Abad León)
Cuan
suele lamentarse dulcemente,
con
templada voz y profundo salmo,
es
el Cisne del Alhama en triste canto,
cual
Felipe fue en amoroso llanto
y
apasionados ayes, su mentor cercano...,
el
ánima se queda fuertemente dolorida;
y
con la ambición más crecida,
contemplándose
ya sucumbiendo,
en
el profundo dolor sintiendo
que
por momentos en su seno crece,
con
fresco soplo que el dolor le ofrece
suelta
el lamento de una profunda pena
y
al instante desfallece,
pues
el dolor sentido le enajena.
Luego
que en su paz ya ha retornado
y
después de un gran ahogo que le oprime,
piensa
acabar él sin ventura
del
agudo dolor que le comprime;
después
vuelve al lugar acostumbrado
y
comienza a lamentarse con ternura,
y
la dolencia que es la causa
de su muerte
llama
en la despiadada suerte
con
voz mórbida apresuradamente;
y
manifestando la marcha rigurosa,
pide
a los dioses celestiales,
que
con deceso bendito clama,
quieran
ya poner fin a tantos males
con
una muerte piadosa que
llegue
hasta el Valle del Alhama.
Logroño,
Semana Santa de 2018
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