IDILIOS
(el amor de Flora)
Voy
a hablarte Flora, de pena y arrojo;
me
temo tu enfado, más…, triste estarás;
quieres
vengarte del mísero labio
que
te hizo el ultraje y gélido está.
Se
mueren mis ojos de sollozo llenos,
los
tuyos tranquilos gozan la ocasión.
Dirán
que expirando el alma te adora,
¡Fiera
poseedora de mi corazón!
Si
me amas, tu gloria será en el parnaso,
tú
me das la vida…, milagro de un dios:
del
mundo moderno el placer seremos,
la
envidia colmemos amándome vos.
Si
no, pues me muero en sentencia dura,
y
será tu hermosura en mi un borrón:
¿y
tú quieres ser, la exterminadora
o
dulce señora de buen corazón?
¿Qué
gana la flor si cierra su orgullo
cuando
su capullo se abre frente a mí?
Da
sus placeres a bichos inmundos
caricias
fecundas del aura gentil.
No
imites, hermosa, tu luz y tu sal;
cede
a tantas gracias y a tanta pasión.
Renuncia
después, y sé desde ahora
fiera
posesora de mi corazón.
Con
hermoso amor miró triste a Flora:
La
mira y le manda suspiro y pasión:
con
mi amor noble, con mi amor y afecto
será
la tirana de mi corazón.
Y
con triste estilo y llorando explica
y
en ecos replica toda su canción.
Amar
saben todos: más de amar ignora
la
que es la pastora de mi corazón.
El
amor de Flora su afecto partía,
desgarró
su causa solo una canción:
por
amor murieron risas y mil flores,
sólo
por amores murió don Ramón.
Logroño
julio de 2019
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