LA LIBERTAD
Me diste la libertad para quererla
y la abandoné sin comprenderla.
Su sinceridad me dio miedo,
la blancura de su cara me cegaba,
el azul de sus ojos me adormilaba
y sus ropas celestes me extasiaban.
Me asustó su brillantez y su desnudez,
sus palabras inhumanas y sinceras,
y el lagrimar de sus ojos como estrellas
cayendo en el fango como perlas .
Me diste la libertad y la quebranté
después de abusar de ella.
Se marchó un día sin despedirse,
musitando, suplicando un volveré.
Cerré las ventanas y cortinas
por miedo al regreso de su sinceridad,
lo que más quiero, lo que más anhelo;
sus palabras se quedaron confinadas
en mi mente y en mis esencia.
Libertad…,
iré a recuperarte en cuanto te necesite,
eso no lo dudes.
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