NADIE RESPONDE A MI AMOR...
Inútilmente mis ojos impacientes
por donde antojan caen si miran;
inútilmente mis labios ansían
infelices pasiones dolientes.
La soledad pavorosa me abraza,
en sombra eterna mi pecho es oculto;
para mí el mundo es un desierto...,
¡pues nada responde a mi esperanza!
Todo es amor en mi pecho excitado;
sólo amando me agrada la vida,
y mirando a otra persona querida
en vivir dichoso estoy confiado.
Esperanza... esperanza desdichada
que la triste situación no cumple;
sueño que mi pena no lo vale...,
¡pues nadie responde a mi llamada!
Yo no sé que pretende mi ardor,
yo no sé por qué tiemblo y suspiro;
si conozco lo mismo que quiero,
no hallo objeto a mi afligido dolor.
Sólo hallo un enorme vacío
donde mi alma se bate sedienta,
y este afán de amar se acrecienta...,
¡pues nadie responde... amor mío!
Tal vez ame en mis dolientes sueños
a un espectro que forma mi mente;
y donde quiera lo nota presente,
y le da vida como a un semidiós.
Yo lo siento y estrecho en mis brazos,
yo su aliento y su esencia respiro;
yo..., ¡desdichado!..., demente deliro...
¡ pues nadie, nadie responde a mi adiós!
Inútilmente de brillo y color
el naciente adorna la aurora;
inútilmente su faz iluminadora
lanza al día fulgente esplendor.
Ni en la tarde el poniente me agrada,
ni en la noche la luna radiante;
albor y noche buscan a mi amante,
¡ pues nadie responde a mi triste llamada!
Con mi amante radiante al albor
me bañara de clara alegría;
con mi amante alegrara yo el día,
en la suave sombra y el dulce frescor.
Tal vez, algún corazón solitario
esté desvalido, solo y muy triste,
y en ficticios sueños se excite
¡ y suspira buscando lo mismo que yo!
Nadie me oye... se extingue mi clamor,
y con él se extingue mi vida;
donde no encuentra mi pecho acogida,
un sepulcro encontrará mi dolor.
Un sepulcro muy confortador
que apetezca mi anhelo postrero;
un sepulcro es la dicha que espero,
¡ pues no existe la dicha de amor!
De mi libro, "Remembranzas del Alhama"
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