LAS
PALOMAS
Las
palomas en tímidas bandadas
recogiendo
sus alas suavemente,
cruzan
los tejados entrecruzadas,
a
la caída de la tarde dulcemente;
hora
en que el embrujo feliz alerta
vacía
sobre la bóveda brillante,
delgados
tintes de color violeta
que
riza con su soplo el aura errante.
Las
aves me preocupan con su calma
reconstruyendo
mis rotas alegrías;
recuerdan
en mi espíritu y mi alma,
la
egregia quietud de mis mejores días.
Ofrecen
los colores de sus ojos
abanico
de tonos encendidos,
de
los matices grises y bermejos
sus
plumas blancas son los coloridos.
Con
el manto blanco, mágica albura,
con
talle ceñido embrujo diseño,
en
el vuelo semeja su figura
estandarte
inmaculado de ensueño.
Huyendo
de las garras que le acecha
encoge
el ala, la cabeza extiende,
y
como lanza, venablo o flecha
en
veloz y ágil vuelo se defiende.
En
el vaivén de su cansado vuelo,
fingen,
bajo la cóncava techumbre
libertinos
y ebrios pasos de celo
con
los fulgores de sideral lumbre.
Logroño,
26 de julio de 2015
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