EN LA FINCA ...
En la casa, cerca de su ventana
donde escala pared la enredadera,
dejé romances para mi maña,
llenos de flores de clavelera.
Dejé mis romances en que decía
dichos ingenuos, cosas de amores;
en aquellos poemas al otro día
encontré flores con sus rumores.
Aquí en mi huerto, en la rosaleda,
entre los recuencos que forma el río,
ella me expresó con voz muy queda:
“Tú...,
no sabes nada de mi amorío...”
Cerca en los muros de mi molino,
hay frescas sombras de clemátides,
vente conmigo por el camino,
verás mis campos, verás mis vides.
Todo es parejo, ventana y piedra,
sotos umbrosos, fresco viñedo
gracia del muro y enredadera;
todo es
hermoso, nada da miedo.
Hay en la casa seres queridos;
en los jardines hay otras flores;
hay nuevas ramas con otros nidos,
y nuestra casa llena de amores.
El Cortijo, 12 de septiembre de
2012
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