YO
APRENDÍ
Yo
aprendí en el Valle Alhama
lección
que nunca olvidaré:
ir
engañando la calma
en
el camino que andare.
Iba
silbando tonadas
entre
las rozas sembradas
y
entre amapolas doradas,
y
es este afán que en mi sopla
al
sentir tu alma en mi copla
por
los montes y llanadas.
Cruzando
un camino sombrío
que
el claro rumbo me acorta,
vadeé
el Alhama, pulcro río,
pues
por ti todo me importa.
Y
aquel lucero que aborta
que
el páramo brille opuesto:
te
entrego mi mundo presto
porque
es de vaquera moda
comenzar
como rapsoda
y
acabar hablando en verso.
Logroño,
8 de febrero de 2016
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