LAS
FRAGANCIAS DE UN AMIGO
Es
hora de fumigar...,
y
señores yo no miento
pues
el vaho lo presiento
un
poco de alcantarillao
y
me inclino páotro lao,
de
lo mariau
que me siento.
A
un amigo el otro día,
cuando
estaba trabajando
él
le estaba perfumando
con
“Embrujo de Tripilla”
y
el pobre muy trastornao
se
resbaló de la silla.
De
perfume se cambió
y
luego le fue al intestino
y
el amigo perdió el tino
sintiéndose
transportau
a
olor de vientre escaldao.
¡Ay...
en donde estoy metio!
Ay,
que aroma embriagador,
qué
fragancias de mil flores,
qué
cálido y suave aliento
que
al roce de mi nariz
anestesiao
ya me siento
y
creo que no lo cuento.
Y
si por casualidad
tienes
el escape flojo,
dispara
pal otro lao
o
pon el culo a remojo
porque
el escape te huele
como
a intestino flojo.
Pepón
en dos ocasiones
tuvo
ocasión de catar
y
de mascar los sabores
que
en continuas condiciones
se
agitaban con sudores
y
emanaban sin parar.
Lanza
tu suspiro al viento
que
caliente al mal oliente
y
que agrade algún cliente
aunque
se quede privao,
pué
que le guste a su olfato,
pero
al mio... Ni pal gato.
Y
con esto ya termino
mi
sarta de desatinos
y
cómprate un buen perfume
verás
lo bien que te sienta,
si
lo haces con atención
te
dará buen resultau
y
saldrás en televisión.
Logroño,
14
de diciembre de 2016
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