ÓYEME
Óyeme
compañera…
El
día en que yo me muera,
quisiera
dejar mis cenizas
entre
flores de albahacas,
de
ajenjos y de violetas
cuando
el sol pase por las rejas…
Donde
sienta el deseo de tu abrazo
al
lado de esa fuente quejumbrosa
oprimiendo
tu talle en fuerte lazo.
Donde
sentir el viento anochecido
acunar
sueños desvanecidos
susurrando
amores a tu oído.
El
dulce encuentro de tu boca,
la
piel dormida entre tu ropa
despertar
y ser tu dueño.
Vencidos,
juntos en un sueño,
abrazados
entre sedas
bajo
un cielo alegre y risueño.
Y
morir…, quiero morir
entre
pájaros cantores,
en
un rincón callado,
donde
tu amor esperado
aún
lance mil resplandores.
Logroño,
20 de enero de 2017
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