A
MI FIEL COMPAÑERA, A LA MUERTE
Quisiera
no tenerte miedo muerte,
desde
que nací y vi la luz primera
tú
siempre fuiste mi fiel compañera.
Siempre
intangible, pero siempre presente.
Siempre
de tras de mi como una sombra.
Tu
canto triste, día y noche me nombra.
Tal
vez cuando quizás menos lo espero
sentiré
dulcemente que me muero,
un
día del que ya no tengo recuerdo.
Me
llevarás asido de la mano.
Me
llevarás, sí, muerte, por sorpresa.
Igual
que el gavilán lleva a su presa…
Más
te ruego cruel parca, en la fosa...
No
condenes mis restos al olvido.
¡Déjame
ser de tus jardines... rosa!
Logroño,
enero de 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario