MUJERES
EN LA HISTORIA ( LA PAPISA JUANA)
La
Iglesia siempre ha buscado silenciar a aquellas mujeres que han
jugado un papel importante en algunos Papados, como es el caso de
Marozia de Spoleto o de Olimpia Maidalchini, a las cuales las ha
enterrado en el absoluto silencio histórico, para que no se sepa de
su existencia.
La
Papisa Juana...
Juana
nace en el año 822, en Ingelheim am Rhein cerca de Maguncia
(Alemania). Era hija del monje Gerbert, que forma parte de los
misioneros cristianos mandados desde los territorios de anglos para
cristianizar a los sajones y llevarles el Evangelio.
Juana
vivió inmersa en un mundo de profunda religiosidad y en un medio en
que el conocimiento cultural era práctica habitual cosa que no se
daba en esa época oscura. Juana que era muy inteligente sabía que
como mujer tenía pocas posibilidades de desarrollarse
intelectualmente, por lo que decidió hacerse pasar por hombre.
Para
poder seguir estudiando, Juana cambió su nombre por Johannes
Anglicus (Juan el Inglés) y así pudo trabajar como copista en la
abadía de Fulda, que le permitió profundizar en el conocimiento de
la medicina.
Esto
hace que Juana pueda viajar de monasterio en monasterio (que en
aquella época eran los únicos lugares donde se daba la cultura) lo
que permitió conocer a los grandes personajes de la época.
Se
sabe que viajó a Constantinopla y allí conoció a la todopoderosa
emperatriz Teodora cuando ya era muy mayor, que era la esposa del
emperador Justiniano, con la que entabló una gran amistad, debido a
la sabiduría de ambas tenían.
Se
sabe que estuvo también en Atenas, donde profundizó en el
conocimiento de los grandes filósofos griegos y conoció al rabino
Isaac Israelí, del que aprendió grandes conceptos de medicina y a
sanar determinadas enfermedades.
Ya
de regreso a su tierra alemana, fue llamado a la Corte del rey Carlos
el Calvo, donde era escuchado debido a su profunda erudición.
En
el años 848, Juana se traslada a Roma, donde es elegida para dar
clases y pronto alcanzará gran fama, siendo bien recibida en los
medios del Vaticano. En su estancia romana Juana aprovecha para
profundizar en los estudios del trivium y quadrivium.
Debido
a su erudición y a la fama que como profesor alcanza es presentada
al Papa León IV, que se vio gratamente sorprendido por su erudición.
La introduce en el mundo Vaticano, dedicándola a desarrollar la
política de la Iglesia en los asuntos internacionales, además de
ser su médico particular.
En
junio del año 855 muere el Papa León IV, siendo elegido la Papisa
Juana con el nombre de Juan VII.
Durante
el pontificadoado de León IV, Roma está sumergida en una profunda
crisis social y política. Las elecciones Papales dependían de las
votaciones de los fieles romanos, pero sobre todo de las corruptelas
protagonizadas por las grandes familias patricias romanas.
Era
habitual que los Papados fueran de poco tiempo de permanencia en la
silla de Pedro. Siendo habitual asistir a la destitución de Papas
para nombrar a otro de una familia rival. Muchas veces los romanos
hartos de estas corruptelas de las grandes familias romanas procedían
a elegir un nuevo Papa.
El
nombramiento de Juan el Inglés se debió a la gran debilidad de los
patricios romanos y se procedió al nombramiento de la Papisa Juana
debido a la fama que había adquirido de santidad y erudición. Los
inicios de su Pontificado estuvieron llenos de placidez y de calma,
rompiendo la alteración de los anteriores Pontificados.
A
pesar de hacerse pasar por hombre, tuvo una vida sexual activa. Se
dice que ingresó en la abadía de Fulda siguiendo a un amante
estudiante que había ingresado en ella. En su estancia
en Roma, mantuvo relaciones con el embajador de Sajonia en el
Vaticano, Lamberto. Como consecuencia de esta relación
quedó embarazada.
A
los trece meses de su Pontificado fue consciente de que estaba
embarazada. Los largos hábitos y las vestimentas
alargadas y unido a lo inimaginable que resultaba pensar en un
Papa embarazado, permitió que nadie se diera cuenta del tal hecho.
Esto
demuestra que Juana no era lo virtuosa que se decía. Juana
aceptó de mala gana dicho embarazo, pues le iba a dificultar y
complicar su labor como Papa. Aquí cabe hacerse algunas
preguntas:
¿Por
qué no abortó dado que tenía amplios conocimientos de medicina?
Ella
tenía asumido totalmente su rol masculino, de ahí la dificultad en
la asunción de su embarazo y en que no hiciera nada. Su idea era ir
a dar a luz en secreto y después ocultar a la criatura, por lo que
esta situación era salvable.
El
problema surge cuando se le adelanta en dos meses la fecha que ella
tenía prevista para dar a luz. Los hechos suceden cuando
estaba presidiendo una larga procesión por las calles de Roma, que
tenía una gran exigencia física. Dicha procesión iba
desde la iglesia de San Pedro a la basílica Lateranense, en un lugar
entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente. En medio
de una calle estrecha se puso de parto. Por eso se
dice en Roma nunca más ha pasado una procesión por este lugar.
Debido
al gran esfuerzo empezaron los dolores, que al principio aguantó
estoicamente pero pensando que no habría problemas siguió en la
procesión. Estos dolores fueron a más y rompió aguas
en medio de la misma. De esta forma los obispos, el clero
y el pueblo romano asistieron alucinados al parto en plena procesión
del Papa.
Horrorizados,
escandalizados y furiosos los devotos participantes en la procesión
rodearon al Papa y lo apedrearon hasta producir su muerte.
La
suplantación de Juana obligó a la Iglesia a proceder a una
verificación ritual de la virilidad de los Papas electos. Un
eclesiástico estaba encargado de examinar manualmente los atributos
sexuales del nuevo Pontífice a través de una silla perforada.
Acabada
la inspección, si todo era conforme a la ley, debía exclamar “Duos
habet et bene pendentes”,
que traducido dice “tiene
dos, y cuelgan bien”.