NO TODA LA
TIERRA ES PAN
No toda la tierra es pan y es tristeza,
ni toda miseria recordada dura,
donde el aire no es amor pero alcanza
para saciar el cuerpo en la desventura.
Vamos acompañados de un
pellejo
donde el jarro de vino se
desparrama:
abrasador como el sol en el
rastrojo,
igual que el fuego prende
en la retama.
Y atravesamos la unión
materna,
donde la jornada brota
vigorosa
a la captura del pan que la
amaina,
que al no manar del pecho es
otra cosa.
Como un pedernal brillante
en la ladera
resplandece el sol,
deslumbrante y suave:
nuestra vida comienza con la
espera
y no queremos saber que es
muy breve.
Es final de septiembre cuando se halla
a punto de terminar con el verano;
en el pajar lo que queda de la
trilla
sólo un montón de paja y poco grano.
Logroño, 8 de
julio de 2013
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