LA
ENREDADERA
La enredadera, artista en escalada,
se funde con fina y ágil destreza
en el afán de verse coronada
enlazando su amor con entereza.
Trenzándose a la piel de sus amores
su follaje nervioso, se estremece;
se enaltece quizás, al tener flores,
aunque el árbol amado sea quien florece.
Sus miembros en abrazo vigoroso
ahogan a su amante en dulce rito,
y en rizo remontándose al coloso
hace lar más allá de lo infinito.
¡Dulce enredadera, sereno lazo!
me ahogas poco a poco entre tus brazos,
no me importa morir en tu regazo
si puedo disfrutar de tus abrazos.
La enredadera, artista en escalada,
se funde con fina y ágil destreza
en el afán de verse coronada
enlazando su amor con entereza.
Trenzándose a la piel de sus amores
su follaje nervioso, se estremece;
se enaltece quizás, al tener flores,
aunque el árbol amado sea quien florece.
Sus miembros en abrazo vigoroso
ahogan a su amante en dulce rito,
y en rizo remontándose al coloso
hace lar más allá de lo infinito.
¡Dulce enredadera, sereno lazo!
me ahogas poco a poco entre tus brazos,
no me importa morir en tu regazo
si puedo disfrutar de tus abrazos.
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