El
árbol
El
árbol arraigado en buena tierra
se
hace hermoso y hasta la raíz florido,
busca
de la vida el arroyo más fluido
como
el poeta busca el canto al que se aferra.
Y
si os place amar a vuestro bardo
que
vive con la musa más hermosa,
no
busquéis en la ocasional fosa,
buscad
en el cauce oculto más profundo.
Olvidad
lo que soy y lo que he sido...,
galán,
soñador o bribón fingido...,
respetad
con firmeza mi honorable apellido
y
no condenéis en vano lo que nunca he sido.
Cuando
veáis esta mi consumida boca,
y
la barba cana por las épocas pasadas,
pensad
que las mejillas fueron muy rosadas,
y
los dientes blancos, en mi alocada época.
El
árbol preso
Era
un árbol preso entre
la espesura
del
soto más recóndito y silencioso,
contaba
relatos de placer y de amargura
ahogado
en el bosque misterioso.
Era
un árbol esbelto pintado de plata
bajo
la luz refulgente que la luna brilla,
vibraba
cual canto triste de una serenata
sofocado
en el bosque como una gacelilla.
Era
un árbol gris con los
brazos abiertos
esperando
el beso que mandara el viento,
era
el aura suave contando relatos
de
viajes extraños y cantos de aliento.
Mi
corazón cantará los alegres salmos
en
la noche clara de la luna bella,
y
el árbol cautivo de los grandes brazos
lucirá
en el bosque de la gran sombrilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario