SABOR A TIERRA
Un concierto de arados y azadas
y un penetrante olor a semillas,
labrar la tierra a grandes zancadas
y pensar en julio dorado por ellas.
Gotas de sudor corren por su frente,
mil sonrisas pone en los
trigales;
el corazón henchido de ilusiones
toda una vida luchando sin límite.
Un guerrero de la tierra sin freno,
por el sol el agua y el frío torturado
en los campos sembrados de centeno.
Un lenguaje rudo y algo huraño
por los días agarrado al arado;
¿nos llegará la cosecha este año?.
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