LA AMÉ FURIOSAMENTE
La amé furiosamente,
la amé deprisa,
tan deprisa que creí
volverme loco,
la amé nuevamente
más deprisa,
y pensé que la había
amado poco.
A amarla volví
cuanto pudiera;
quise morir loco de
amor, tan fuerte
que lloré de rabia
porque quisiera
que ella me amara
hasta la muerte.
Pero ese amor no fue
sincero
y por él lloré hasta
el olvido,
todo llegó y se
marchó en un suspiro
dejando mi amor
roto, triste y dolorido...
Y llegué a la
sincera conclusión
de que el amor no es
cosa seria;
hay quien ama por
ambición,
mezclando la burla
con la comedia.
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