LA
ALDEA Y LAS ALDEANAS
Los
vasos del cariño son arcas piadosas
en
las que la lealtad jamás se contamina;
tinajas
en cuyas paredes olorosas
el
agua es lozanía en la mujer campesina.
Todas
vosotras sois muchachas cortijeras,
enjundia
del viento y el sol que os engalana,
vosotras
percibís las cosas venideras
como
si el hacerlo fuera cosa cotidiana.
Amo
todos vuestros embelesos aldeanos,
mujeres
de los pueblos que dais tanta vida,
me
gustaría sorber el agua contenida
en
el hueco que se forma en vuestras manos.
Me placen los cumplidos entre campesinos,
cuando
a la sombra las meriendas en manteles
se
dan con risas el delirio de los vinos,
pan
con alegría y bebida entre las mieles.
Sois
encanto y primor en la humilde calle,
sois
clavellinas asomadas a la reja,
el
son de las esquilas en alternada queja
el
canto de las aves y el color del valle.
Queridas
mozas: no ambiciono más empeños
que
escuchar vuestros susurros por las esquinas,
unir
gratamente las horas vespertinas
entre
la compañía de alegres lugareños.
Que
la abundancia de amores de esta población,
regresen
a satisfacer a este olvidado
y
hermoso lugar que nos dio la creación,
para
que pueda ser un lugar recordado.
¡Que
la ropa tendida al sol
y
el jilguero en el balcón,
den
la hermosa sensación
de
estas gentes en su crisol!
Logroño,
5 de abril de 2016
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