PINCELADAS
DEL ALHAMA
Ocres
o grises, cuando no musgosas,
paredes
que custodian el castillo,
valle
oculto y florido en olorosas
plantas
de salvia romero y tomillo.
Un
hondo cequión con pared de piedra,
lleno
de lirios, nardos, heliotropos,
una
gran muralla llena de hiedra
altos
nogales que parecen chopos.
Un
roído palacio, al ocaso brilla
a
manera de lágrima, que brota
nacida
en la roca crecida a su orilla
formando
monumental capirota.
No
lejos, en el arco del horizonte,
montes
de aromática flora abunda;
subiendo
hay una ermita en el monte,
símbolo
de una tierra muy fecunda.
La
Rabosa volcán erguido alardea,
como
en robusta madre teta erguida
que
fluye tímidamente y paladea
empapada
en su licor de la vida.
Logroño,
4 de julio de 2017
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