LA
ERMITA DE SAN ROQUE
Allí
en la vieja ermita abandonada
se
altera su vejez en la colina,
muda
espadaña, el techo derrumbado,
toda
ella es una verdadera ruina.
Las
higueras del huerto se han secado;
en
sus silencios ni un ruiseñor trina…
Sólo
por los pedruscos del cercado
la
hiedra escala y en subir se obstina.
El
viento susurra tristes querellas
por
caminos ruinosos y desiertos…
Y,
al margen a mundanales recursos,
aparece
la luz de las estrellas
que
rezando están por los monjes muertos,
el
cabildo de los cipreses secos.
Inestrillas,
16 de septiembre de 2019
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