EN
EL VALLE DEL ALHAMA
La
noche vertió sus sombras
en
el Valle del Alhama.
Sólo
se siente en el alma
los
cuentos y las leyendas,
Mi
caballo por las riendas
rebasa
el río andrajoso,
y
cuando el cielo sedoso
sella
su última abertura,
ves
por la negra ranura
cielo
triste y tenebroso.
Noche
de cuento grosero
y
espanto de luna llena.
Atormentado
por una
mujer
fuiste al aguadero.
Noche
de canto pechero
que
mece su alma en lamentos,
si
con besos quito llantos
mi
pecho de amor rebosa,
sobre
el quizás que me acosa
yo
te daré dulces cantos.
Valle
de frondosos tallos,
siempre
te aprendí a querer
en
el amor de una mujer
y
a lomos de mis caballos.
Mientras
crecen nuestros mayos
queda
amor para cantares:
tierra
brava como mares,
viñas
sin riego ni poda,
sobre
nuestra agonía toda
¡quien
pudiera darte amores!
Décimas
de enamorados
el
viento cierzo balbuce.
La
noche labriega luce
campesinos
muy cansados.
Bebí
de la jarra ardiente
vino
de la viña arada,
de
la tierra alta cañada,
ruta
del adiós ¡quien sabe…!
Cuando
mi pena se acabe
será
gravada en mi frente.
Tú
me sembraste la tierra
tierra
donde me aquerencio,
yo
que te quise en silencio
por
ti me convertí en bardo,
si
me mandas un recuerdo
mi
dirección yo te envío
de
este valle duroy bravío,
con
la mejor prefectura
general
de esta amargura
y
señor de mi albedrío.
Abre
sus ojos al paso
Inestrillas
sin un grito.
La
soledad en que abito
está
sola en el Parnaso.
La
tierna flor del ocaso
aspira
al campo a su paso
puro
arenal del calvero
soñando
aire mañanero,
lleno
estarás de congojas
ya
no te quedan ni hojas
arbolico
inestrillero.
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