ESPINELA
En
mi valle el hombre atento,
donde
el runrún nada asombra
viaja
inquieto por la sombra
caminando
a paso lento.
En
el bancal junto al heno
me
senté a soñar despierto
con
el viejo Valle incierto,
los
recuerdos son extensos...,
algunos
son muy dichosos
otros
llenos de lamentos.
El
canto que te saluda
en
su grosor se desgarra
puso
amor en su guitarra
entre
tú y su ánima muda.
Mi
cuarteto es cuerda ruda
sabe
un son que hace llorar,
por
eso hago mi cantar
mientras
que el tiempo se muere,
por
ella que no me quiere,
yo
he venido a preguntar…
Coso
sueños en mi mente
y
creo por un momento,
si
nadaré como un tonto
entre
remanso y corriente.
Vean
si es justo mi engaño
para
asegurar mi talento,
pues
voy remontando lento
la
corriente que me trajo,
hoy
como voy hacia a bajo
hacia
arriba vuela el viento.
Mi
abuelo ya me lo decía...,
la
voz que suena a regaño
es
voz llegada de engaño,
llamada
que llega bravía
soportando
desde aquel día
un
ansia pura en su acento.
Mudez
del pozo sediento,
lenguas
donde se desmayan
los
dulces cantos que ensayan
llevando
mi pensamiento.
Mi
yegua llegó cansada,
sobre
los flancos tremola,
negra
la crin y la cola;
en
su relinchar se pasma
su
corazón de fantasma.
Con
mi silbo y la picada
y
la brisa peinadora
la
tarde tranquila mora
en
el corralón callada.
Alhama
sola y serena:
si
tu quietud es salvaje
¡qué
luz tendrá tu paisaje
cuando
se aplaque esta pena!
Cruzan
las ciervas cobrizas
sobre
tus campos letargos,
cuando
aquellos tan amargos
chocan
entre tus retiros,
nubes
serán tus suspiros,
tierras
de ciervas cobrizas...
Matas
de copas bermejas
donde
el sol muy lento cruza,
en
ellas se desmenuza
sombras
de negras consejas.
Hogar
de calor y quejas
que
arropas en dulce amparo
allá
en la Virgen del Prado,
bajo
su paz me aquerencio
allí
rezo en el silencio
un
rezo lento y amado.
La
luna llenó hace días…,
hace
brillar las dos caras.
Runrunes
de voces raras
se
escuchan por las lejanías.
Recuerdos
de mis correrías
por
aquellos campos tersos;
como
en los días más adversos
fui
cantador del otoño,
hoy
como un mustio retoño
me
van saliendo los versos.
Versos
de sueños lozanos
en
la noche millonaria,
que
atraviesa solitaria
mis
coplas entre los llanos.
Los
caminos mañaneros
alegres
son como colmena.
La
luna viste serena
como
piragua en el agua:
¡Hay
que dar al mundo tregua!
canta
la garza en la arena.
Toda
mi ilusión sin cuna
canción
se volvió al dejarte
y
aprendí que hay en el arte
jazmines,
Dios y luna.
Casa
del Barranco sola
de
Inestrillas en letargo.
Ya
puedes decir ahora
aquí
vivió don Ricardo.
Logroño,
1 de enero de 2019
no
me gusta mucho el nueve
pero
después de Navidad
cierto
que traerá felicidad.
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