A
MARGARITA
Que
radiante es tu cara Margarita
bajo
el palio de tu melena blonda,
¡qué
vacíos en tus pupilas habita,
siniestros
y azulados como la onda!
El
brillo adormecido que destellan
tus
ojos donde hay siempre un reproche
llegan
como miradas que se estrellan
en
un cielo ahumado por la noche.
Tu
roja boca en que mi sed se sacia,
es
sed de miel, de esencia y embeleso,
y
ha sido moldeada por la gracia
más
para la oración que para el beso.
Tu
señal que es aguda y luego grave,
se
llena de gratitud suena en mi oído
como
el gorjeo arrullador del ave
al
sol de oriente que despierta el nido.
A
una buena amiga que fue...
Inestrillas,
otoño de 2017
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