CARENCIA
De
los amigos que tanto yo quería
y
que en poco tiempo me han dejado,
se
deslizan en sombras a mi lado,
con
el corto alivio para mi memoria.
Sus
llamadas se entremezclan con la mía
y
me veo desvalido y desvelado
en
la disputa de salvar el vado
que
me llevaría hasta su compañía.
Dejo
la invitación embriagadora,
imagino
que el plazo se somete
y
limpia el infinito cada hora.
Y
reboso los extremos, de suerte
que
mi lamento es inmenso y explora
y
me familiarizo con la muerte.
Logroño,
4 de enero de 2016
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