GLOSAS
DEL ALHAMA
Apacibles
ruiseñores:
quedó
la huerta callada,
por
mi ventana entran flores,
pero
yo no veo a mi amada.
Amapola
sonrosada
de
este valle del Alhama:
si
no estás enamorada
quieres
ser mi linda amada?
Por
ababol eres llamada,
siendo
tan pura y callada,
¿por
qué quieres ser amada
si
no estás enamorada?
Amapola
del Alhama
no
tienes canto sonoro,
pero
tu color me calma
más
que las joyas y el oro.
Cuando
al amanecer el día
y
al despertar de la siesta,
las
picazas hacen fiesta
con
chácharas y gritería.
Duerme
bien con rojo clavel
y
jazmín ponte en las sienes;
que
el cardo es solo desdenes
y
solo da furia el laurel.
Del
espliego su dulce miel,
jugo
el de la naranjada,
del
higo la mermelada
y
de la cera el aguamiel.
Grita
al sordo, seña al mudo,
al
servicial y al palurdo.
No
temas al desgraciado,
si
al estallar una estrella
logras
atrapar la huella
de
tu afán afortunado.
En
la higuera frondosa
bajo
su sombra en mantilla;
crece
la flor más sencilla
y
la perfumada rosa;
liba
allí la mariposa,
y
gorgoritea el ruiseñor.
Aunque
prefiero tu amor,
de
quien un tanto se aleja;
copa
en que yace la queja
del
Valle del ruiseñor.
Logroño,
19 de enero de 2016
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