martes, 28 de febrero de 2017

           QUE DULCE CALMA

Que dulce calma envuelve el descanso
que al amor precede…
La voz se entrecorta, la ansiedad aflora
bajo un fuerte nudo de calma y de miedo.
Te acercas y tiemblo, me miras y muero…,
tu brazo me abraza y me tiembla el cuerpo,
y te vas acercando como un mar de fuego…,
que inunda mi vida, que en mi ser perezco.
La emoción me rasga y miro al firmamento,
y en suspiro agudo a la luna envuelvo,
tengo hambre de ti de noche no duermo
y mi boca hambrienta busca en ti el sustento.

Mi alma se rompe al oler tu cuerpo,
mi corazón galopa al gustar tu aliento
y mis entrañas cantan y hacen nidos
cenicientos hasta el final de los tiempos.
Y al verme abatido y con gran lamento
yo me entrego a ti, pues tú eres mi diosa,
luz entre mis sombras, mi ser y alimento...,
y abriendo los ojos mi alma despierta
de este tormento.

Logroño, 28 de febrero de 2017

Queridas…, lo siento, no pude terminarla por San Valentín, pero ahí queda dicho.
Con un abrazo de Ricardo Lalinde; vuestro poeta.