lunes, 27 de marzo de 2023

EPÍSTOLA PARA UNA MADRE


Dictado está ya por la providencia

mi apenado futuro; siempre oscuro,

solo la confusa soledad me atrae;

santuarios y retiros, calvarios y aflicción.


Busqué remedio a una pasión un agotado día,

que aún me quema en el interior del pecho mío,

quise calmar la llama que en mí ardía

junto a estas santas piedras donde retornaban

las generaciones mías.


Desde aquí veo las nubes elevarse

y el horizonte me sirve de alegría;

y, más cerca, tu casa solitaria

que un día fue para unos,

la casa donde se albergaran y, para otros,

la casa donde se reconfortarían.


Cual pastor descubrí verdes praderas

a donde los céfiros solanos me llevaron,

primero desde la alta loma vi tu casa

la mansión que el destino me ofrecía;

así yo, desde los campos donde ondeo,

contemplo la vieja ermita adonde mi rumbo

me conduciría...


Torné de nuevo a las mansiones de la vida

donde los hombres tienen sus moradas

y encontré en el inmortal destino

la cima, que una vez ya traspasada,

el mísero mortal nunca recuperaría.


Corto es el trayecto de la vida

al rápido correr de nuestro instinto,

qué arrogante, impulsiva, irresistible,

supo escalar la cumbre del paraíso

ensanchando el cielo, y del infinito

la inmensidad eterna dilatando!


¡Hoy me place hermosa la blancura festiva

con que pinta la aurora!

Como cisne en el estanque con sus alas erguidas

cual limpio rayo gira;

como inocente paloma embajadora de dichas;

como el jazmín fragante y la azucena altiva.


Cuando el cierzo las nubes apiñadas limpia...,

¡qué hermosa y qué blanca se ve tu casa,

parece que la primavera le va vertiendo risas!

Las montañas se llenan de flores, y el prado

con miles de blancas y cándidas margaritas;

en el cielo, en la noche tranquila, mil plateados astros

por el espacio brillan;

y Tú, Madre del Prado, entre mil flores eres cautiva

y las rosas con su color te hechizan.


Después de pasar este jubiloso día contigo,

tornaré de nuevo a las mansiones de la vida

donde los hombres tenemos nuestras moradas,

pero yo mísero mortal no olvidaré nunca que

Tú eres mi Madre, la que mi vida siempre guía.


martes, 14 de marzo de 2023

 

A TI, MUJER


                            A TI, mujer, que luchas por el amor

y por mejorar la armonía de la vida.

Tú, que eres el manantial de la vida

y fiel a los sentimientos del corazón;

te pido que te sumerjas en la fuente

de mi inspiración y en el espacio

romántico de mis sentimientos.



A TI, HOMBRE


A TI, hombre, que vives de tu lucha,

y a tu casa llevas el amor y la armonía.

Tú, que eres el gran pilar de la familia,

no despiertes del sueño de la felicidad

hasta que la alondra deje de cantar;

entonces abre la ventana de mis versos

para que veas a través de ellos.









RECUERDOS DE JUVENTUD


La vi bajar a la fuente,

un cántaro de agua llevaba,

qué linda entre la gente...,

¡cómo el cántaro inclinaba!


La vi llena de esplendor,

el sol sus mejillas besaba,

lleno de bendito amor...

un cántaro de agua llevaba.


La vi con garbo y salero

montada en su mula parda,

cantaba como un jilguero

a eso de la madrugada.


La vi que en el río cantaba

tan hermosa y tan gentil,

el agua le acariciaba...

su hermosura femenil.


La vi aventando la parva

cual hermosa flor de abril;

la vi entre áureas y malva

en campos pardos y añil.


La vi trillando en la era

con mucho garbo y salero,

como rosa en primavera,

hermosa como un lucero.


La vi bailando en la plaza

rodeada de mil mozos,

esbelta como una garza,

su cara en mil alborozos.


Volveré a verla cantando

cuando a lavar baje al río,

volveré a verla bailando

en las fiestas del estío.




miércoles, 8 de marzo de 2023

 

INTRODUCCIÓN HISTÓRICO-ARTÍSTICA DE LA ERMITA DE NUESTRA, SEÑORA DEL PRADO DE INESTRILLAS.


El conjunto de pinturas murales que encontramos en la ermita de la Virgen del Prado de Inestrillas, responde a una de las tipologías más utilizadas durante el Barroco pleno, y en particular entre la segunda mitad del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Por un lado, apreciamos en la cúpula un conjunto interesante de ángeles en diferentes posturas combinados con vistosos juegos de rocallas en tonos rojizos, azules, ocres y verdes (colores muy utilizados en la paleta barroca) y en cuyo soporte, se han combinado zonas planas con otras que presentan ligeros relieves realizados con la técnica de la yesería (formas geométricas, molduras, etc, para crear juegos de volumen y luz, y así dar mayor perspectiva visual al conjunto mural. Y, por otro lado, en las paredes laterales y frontal (donde se aloja el retablo con hornacina aovada) de la cabecera, el conjunto de elementos pictóricos que aparecen (angelitos en posturas dinámicas, arquitecturas fingidas, rocallas, filacterias, flores, frutas, cortinas, etc…), componen una gran composición teatral centrada en una temática artística denominada retablo eucarístico pictórico. Dicho en otras palabras, un retablo eucarístico es una pintura mural en la que se jugaba con la idea del trampantojo o imágenes fingidas, término que, como su propio nombre indica, intentaba engañar al ojo, pues, en efecto, a través columnas, hornacinas entablamentos, alerones y cortinajes fingidos se simulaba un retablo. Si además, se añadían unos ángeles, lo que a priori podría resultar una pieza del mobiliario litúrgico de esta ermita, en realidad se convertía en un elemento que parecía trasgredir las leyes de la física, jugando con la teatralidad y la apoteosis barroca, uniéndose así lo celeste y lo terrestre. Las perspectivas aéreas y los juegos de trampantojo, sobre todo para la imitación de elementos arquitectónicos, tuvieron una gran difusión en España a partir de mediados del XVII, cuando los fresquistas Mitelli y Colonna llegaron desde Italia a Madrid con el fin de trabajar para Felipe IV. Este nuevo estilo teatral e ilusionista creará toda una escuela de pintores que recorrerá toda España y su imperio hasta bien entrado el siglo XVIII. También hay que comentar la influencia de Lucca Giordano, añadiendo sus pericias de perspectiva a estos juegos ilusionistas. En este caso, el conjunto de las pinturas murales que encontramos en esta ermita, responde a perspectivas aéreas en la cúpula, y luego, a tres retablos eucarísticos. Dos de ellos son visibles en las paredes laterales del presbiterio y un tercero, perdido en parte y con algunos restos en la parte trasera del retablo de madera que hay alojado en la pared frontal del presbiterio. En la pared lateral izquierda, el retablo está dedicado a la escena de la Sagrada Familia con San Juanito. En la pared lateral derecha, el retablo está dedicado a la Asunción de la Virgen. Finalmente, en la pared frontal, las evidencias pictóricas que quedan nos hacen pensar que el retablo estaba dedicado al Santísimo Sacramento, otro tema muy utilizado durante el Barroco español. En resumen, las composiciones pictóricas que encontramos en la cabecera de esta ermita, responden a algunas de las directrices de la pintura mural barroca: - se intensifica la confusión entre lo real y lo ficticio, utilizando los juegos que permitía el trampantojo, desafiando la física y, por tanto, la razón, - y, se combinaban juegos de luces, de movimiento espacial y policromías, intentando desmaterializar el espacio, creando el cielo en la tierra para albergar precisamente a Dios en la tierra, representado en la parte trasera del retablo, por una custodia. Las pinturas murales que encontramos en esta ermita de Inestrillas se imbrican en el ambiente de exaltación eucarística que tanto caracterizó a la España del barroco, especialmente durante la segunda mitad del siglo XVII y la primera mitad del XVIII, momentos en que, sobre todo en el ámbito artístico, se va a palpar con más elocuencia lo dictado por el Concilio de Trento en el siglo XVI en este sentido. Dicho Concilio, del que surgirá la Contrarreforma, pretendió reforzar los principales dogmas de la Iglesia Católica que habían sido puestos en duda por los protestantes, destacando el de la Transubstanciación de la Eucaristía. Pues bien, Trento fortalecerá la devoción a la Eucaristía, y por ello, surgen así con mayor ímpetu nuevas cofradías sacramentales, los monumentos del Jueves Santo adquirirán un esplendor inusitado y se enriquecen las procesiones del Corpus Christi. En pintura mural aparecen nuevos repertorios alegóricos dedicados a exaltar el Santísimo donde destacan los retablos eucarísticos, como en este caso, donde existía un retablo central en el que se adoraba y se realizaba el culto a la Eucaristía (Sacramento por excelencia), representado por la representación de una custodia en la parte trasera del retablo de madera. Imagen de detalle de la custodia que se encuentra detrás de la parte inferior del retablo de madera actual que hay en la pared frontal de la cabecera. Según el poder adquisitivo de iglesias, conventos, parroquias o cofradías, cada uno a su manera, querían participar de esta exaltación eucarística, renovando los espacios a ésta dedicada, siendo por ello una época en la que surgen grandes conjuntos pictóricos cuyos motivos iconográficos y finalidad serán la de dar culto al Sacramento por excelencia. En definitiva, el conjunto de pinturas murales que aparecen en la cabecera de esta pequeña ermita localizada en el valle del rio Alhama, enriquece aún más el patrimonio artístico de este austero edificio de una sola nave

 MI PUEBLO SE MUERE... Viendo a mi mujer regar las flores me ha llegado al pensamiento aquellos días lejanos del pueblo en el que a primera hora de la mañana las mujeres regaban y limpiaban de hojas secas y amarillas las flores tristes ya marchitas de las clavellinas y geranios de ventanas y balcones, recuerdos que te hacen pensar porque según cortaban las hojas y flores estas las dejaban caer a la calle, luego, con garbo y salero, escoba y terrero, las hojas y flores iban recogiendo al mismo tiempo que la calle iban barriendo. No había balcón o ventana que no tuvieran macetas, pensiles o tiestos floridos luciendo con gracia y color a raudales, y cuando las mujeres por su ventana la cara al sol asomaban parecían mariposas que entre las macetas a las flores libaban. Dulces recuerdos de tiernas mañanas. Añoranzas de épocas ya pasadas, pues os digo que en mi pueblo, ya no quedan flores en las ventanas y apenas quedan almas, mi pueblo se muere y nadie hace nada. Y voy recordando al paso que voy escribiendo, aquellos veranos de hoces y rastrojos que en mis piernas desnudas aún voy sintiendo, y el grillar de los grillos, el croar de las ranas el ulular de la lechuza o del búho y el brillo refulgente de la luciérnaga en aquellas noches calurosas de verano. ¡Qué lejos ha quedado todo! Aquella pasión obligada de recoger para el invierno, invierno que podía ser largo, muy largo y muy frío, inviernos de recogimiento, de reflexiones, de cuentos y anécdotas, inviernos duros del Valle del Alhama. Los recuerdos son muchos y amenos todos están llenos de ternura, de amor y dulzura; benditos años en los que hombres y mujeres estaban unidos en un afán común, en la unión y conservación de la supervivencia del pueblo. ¡ Y vuelvo a decir, hoy mi pueblo se muere! En este extraño año de 2023, hemos dejado la peste del “Coronavirus o Covil 19” que nos ha dejado diezmados recordando aquella peste del lejana de 1599 y la del no tan lejano 1885 aunque no las hallamos vivido, tristes recuerdos…, todo llega y todo pasa, lo malo es cuando esta se repite. En esos días pasados de encerramiento y cuarentenas, recordamos el desenfreno con el que hemos vivido estos años atrás, todo era poco, todo eran quejas y todo era querer más y más; más sueldo, más libertad, más playa, más droga, más alcohol, más sexo, más juerga y menos trabajo, más de todo eso…, y menos de otras cosas. Hoy, aunque esté presente en mi intelecto las quejas de la gente, veo, oigo y observo la preocupación por una guerra, un terremoto, unas catástrofes no se donde, y una subida imparable de precios al consumo, subida de precios de todo lo habido y por haber, y digo yo…, ¿Tendrá que ser así? Mi abuelo hubiera dicho…, ¡Tenemos un plan como unas hostias! En fin, esperemos salir pronto de esta situación incierta porque si tardamos…, que Dios nos coja confesados. Amen. Ricardo Lalinde López

 

Juan Manuel González de Castejón y Camargo, natural de la localidad riojana de Inestrillas (nació el 17 de marzo de 1686), fue alcalde mayor de Tudela, casó con Doña Juana de Salazar y Gascón natural de Medinaceli (Soria), vivían en Inestrillas cultivando un extenso patrimonio que poseían.

Doña Juana quedó embarazada y para dar a luz se traslado a Tudela y allí nació el día 19 de noviembre de 1720 don Pedro González de Castejón y Salazar.


PEDRO GONZÁLEZ DE CASTEJÓN Y SALAZAR, MINISTRO DE MARINA DEL REY CARLOS III


A los 17 años… Don Pedro, ingresó como guardia-marina en 1737, dos años más tarde de que Castejón sentara plaza se declara la guerra con Inglaterra y en 1740 es nombrado prematuramente oficial en el navío América en la escuadra del conde de Clavijo. Antes de que acabara ese año fue ascendido a alférez de fragata.


En 1741 pasa al barco Hércules siguiendo en la misma escuadra, más tarde pasa a la escuadra de Juan José Navarro. Participando en la batalla naval del cabo de Sicié Francia 1749, y un año más tarde es nombrado mayor general de la armada. 


En 1760 es ascendido a capitán de navío recibiendo el mando del navío Asia, y forma parte de la escuadra del marqués del Real Transporte.


1762 se encuentra en La Habana cuando esta es atacada por los británicos.

Regresa a España y en 1762 se le confiere el navío Velasco, con el que debe de hacer la guerra del corso por el Mediterráneo, durante cinco años, hasta que en 1767 es nombrado subinspector de batallones. 


1772 (el 18 de julio) y dos años más tarde en 1774 es ascendido a teniente general de la armada.


En 1775 dirige la escuadra que participa en la expedición contra Argel al morir Julián de Arriaga. Castejón es por tanto nombrado Secretario de Estado de Marina


Pedro González de Castejón y Salazar, fue Teniente general de la Real Armada Española. (o lo que es igual, Ministro de Marina)

Secretario de Estado y del Despacho Universal de Marina.

Primer Marqués de González de Castejón.


¡Qué marino y qué carrera!