lunes, 30 de diciembre de 2013


A VECES…, SOLO A VECES

A veces, acaricio mi cara llena de penas.
A veces…, siento desdichas extrañas.
A veces, oigo cantos de magnos poetas.
Sólo a veces, veo volar los cometas
con muchos colores dando mil volteretas.

A veces, observo el brillo de las estrellas,
vagando en solitario, buscando quizás 
el silencio para ir a dormir con ellas.
A veces, busco asilo entre lindas azucenas
que se mezclan entre otras flores traviesas.

A veces…, a veces, las horas son lentas
los días son largos, las noches eternas,
en pos de mi se van cerrando las puertas
y busco amparo entre largas cadenas,
a veces, delgadas, otras veces, gruesas.

A veces…, hallo paz entre fórmulas viejas,
soy alguien entre tantas protestas,
en el alboroto, soy armonía y cadencias,
soy concordia, conformidad y abstinencias,
en el sosiego, soy quietud y avenencias.
A veces…, hay veces, que siento pena.
A veces…, hay veces, que la alegría me llena

Logroño, 30 de abril de 2013





















viernes, 27 de diciembre de 2013

CANTO DE AMOR Y ESPERANZA

Una nube de cuervos vuela hacia el Oeste.
Llevan cantos milenarios de un mundo agreste.
Se matan unos a otros en el extremo Oriente.

La tierra está dolida de desamor en el mundo,
de tanto dolor hay un presagio moribundo
que se sufre con angustia el dolor más profundo.

El Apocalipsis vuelve con sus verdugos.
Soplan pestes milenarias por ambos mundos.
Jinetes apocalípticos dejan sus rastros inmundos.

Son los verdugos que flagelarán la tierra.
Tan deshumanizada que en sombras se encierra.
Con lastimeros ayes y ruidos de guerra.

¡Oh Señor! Vuelve a nosotros tu misericordia.
Suene tu clarín que nos lleve a la gloría,
y tráenos el amor y la paz hasta la victoria.

Que tu caballo cabalgue sobre este mundo agreste.
Que tus clarines toquen la victoria sobre la peste.
Que tus banderas ondeen sobre el azul celeste. 

Logroño, 27 de diciembre de 2013

jueves, 26 de diciembre de 2013


FELIZ 2014






                                                        Que el reloj de la vida no se pare.
                                                        Que el Nuevo Año, buen año nos depare.
                                                        Que la concordia y el amor siempre more.       
                                                        Y que la felicidad en vuestra casa penetre.          

YO FUI AQUEL DE PLUMA BLANCA...

Yo fui aquel de pluma blanca en las manos,
de versos, rosas y alegres cantos profanos,
caballero andante de montes y de llanos,
potro sin freno en mis jóvenes años.
 
Fui el dueño de un jardín sin flores,
en él sembré rosas y alegres ruiseñores,
di canto a las flores y perfume a los cantores
y el jardín llené de alegres sensaciones.
 
Querido fui por todos durante mi infancia
y supe del calor que en mi casa había,
las rosas y claveles me dejaron su fragancia,
una fragancia alegre y de melancolía.
 
Tímidamente al mundo asomo
joven, viril, con ganas y gran aplomo,
iba embriagado de vida y de mí mismo
y no caí en las sombras de mi propio abismo.
 
Ahora en el ocaso y discreto paso por la vida,
en la hora crepuscular y de retirada merecida,
juzgo si mi alma fue por tanto alegre y atrevida,
alma joven entre el placer y la melancolía de la vida.

martes, 17 de diciembre de 2013

           ELEGÍA 

(Seis de agosto de 2005)

Del dos mil cinco es hoy seis de agosto,
desde lo más alto de Abuelas
contemplo un panorama angosto,
seco, viejo, duro y a la vez
maravilloso.

Desde estas alturas diviso a lo lejos
lugares que recuerdan mi juventud,
llenando poco a poco mis pensamientos
de tristeza, y a la vez, de profunda
gratitud.

Contemplo frente a mí a Monegro,
monte oscuro, en silencio y agazapado,
sus aledaños parecen garras de oso
que descansan en un silencio jocoso
en la pieza que ha atrapado.

El valle a mis pies se ve tranquilo
en silencio sepulcral y riguroso,
y Alcarama vigilante y suntuoso
parece crecerse mirando al cielo
misterioso.

Los recuerdos lejanos me dominan
cuando veo revividas mis vivencias,
los esfuerzos que de niños fueron proezas
hoy desde lo alto rememoro esas pequeñas
grandezas.

Contemplo el río en su marcha sinuosa
deslizarse lentamente entre roquedos,
y a su paso lento o raudo le acompañan
un sin fin de bosquecillos, olmos, chopos
blancos y negros.

Los buitres que a mí alrededor pululan
parece que jueguen al corro eterno,
con sus danzas y rituales primitivas
vuelan raudos como dardos disparados
desde el infierno.

Llevo impregnados los pies
de tomillo, espliego y romero,
su perfume me sacia, y añoro
aquellos momentos que viví
primero.


Inestrillas, 28 de agosto de 2005.  


De mi segundo libro de poemas.


ELEGÍA

(Cómo muere un pueblo)

¡Oh pueblo mío!, qué triste quedas,
un gran silencio va llenando tu quebranto
y lastimeros ayes gime el viento en tus moradas.
¡Quién ha visto en tus calles la alegría,
las sonrisas y los cantos en alegre algarabía
de los mozos y las mozas cada día!
Hoy triste y afligido te encuentras
porque tu gente está ausente o se ha ido
y solo quedan unos pocos afligidos.
Muchos volaron al cielo a ser aurora,
dejando al pueblo en el olvido
de este lugar triste que su ausencia llora.
Algunos se quedaron descansando en cruel espera
del inocente ser que nunca llega;
mientras, contemplan sonrientes ese amor que no prospera.
Ya no silba el viento, ni gruñe, ni suena,
ni el agua discurre como antes lo hacía,
ni la tierra es próspera ni amena,
ni el árbol saluda al nuevo día,
ni el sol brilla como siempre solía,
ni la luna en la noche cálida o fría.
El Alhama corre en raudal torrente
y a veces se detiene para oír el triste llanto
de álamos y cipreses que acompañan la corriente.
¡Algún día la rubia aurora entre nubes,
plácida asomará su alegre y radiante frente

llamando al día para darnos sus alegres albores!.

viernes, 6 de diciembre de 2013


HISTORIA DE UN SOÑADOR

Soy un soñador de noche y de día,

un peregrino en pos de la melodía;

un corazón que late con alegría

por caminos de amor llenos de poesía.


Voy buscando afecto y un abrazo

que me arrulle en la tristeza que me guía

por caminos de esta tierra pura mía.

Soy un soñador dormido en tu regazo.


Tan solo un romántico que busca amor

al umbral de una espera transparente

y entre versos que abriga el recuerdo.


Eso soy..., dos ojos para el fervor,

hecho con el dolor de tanta pasión

y de tanto recuerdo inmaculado.


martes, 26 de noviembre de 2013


¡SI ME LLAMARA!

Tú que vives de tus episodios,

que con tus manos palpas

el mundo arrancándole alboradas,

triunfos, colores, alegrías...,

esa es tu balada.

Es la vida que tú tocas.

Es la luz que de ti mana.

Caminas por lo que sientes

y por lo que adviertes.

Si una señal te hace dudar

lo dejas todo, te arrojas sobre ella

y la sujetas, la escudriñas, la rasgas

con uñas y dientes, la destrozas:

y ya no es indecisión,

es determinación.

Los enigmas los has cambiado

y vuelto al revés; tus misterios,

esos que nunca entendías,

son tan claros...,

la cama donde tú duermes,

el lugar por donde pasas,

y tu esbelta figura ante el espejo

donde te miras cada día,

esa eres tú. Los enigmas

ya están descifrados.

Sólo te equivocaste una vez,

te encaprichaste de una sombra

-la única que te ha cautivado-

y la pretendiste abrazar.

Esa sombra era yo.

Y pensé si me abrazarías,

si así fuera..., todo lo dejaría,

lo destruiría todo:

los cuadernos, los libros, mis poemas

los días y las noches

y mis amores.

Por ti que no eres mi amor.

¡Si al menos me llamaras!

y aún espero que me llames,

aún espero tu voz:

desde las estrellas,

a través del espejo,

escuchando bajo la luna,

mirando al sol.

¡Si me llamara!

Sí, me llamará de incógnito,

será como un milagro.

Me llamará para decirme:

No te vayas, quédate”.

A TENERIFE

Extensas llanuras de azul

abiertas a todos los vientos,

gigantescos monumentos

que el tiempo envolvió en su tul.


Me voy y al marchar sonrío...,

que una gran rosa en el mar

pusiera Dios al crear

tanto color y misterio.


Montes en forma de conos

emergieron del infierno,

y dieron con mucho tino

frutos y flores a cientos.


Pueblos albos que se unen

alrededor de volcanes,

los que nacieron después

por las playas se disponen.


La Virgen de Candelaria

y el Cristo de la Laguna,

son el alma tinerfeña

donde no falta plegaria.


Valle de Guerra..., canario,

valle como pocos haya,

vigila desde su atalaya

el Teide en su desafío,

y cultivadas mil flores

entre hermosos platanales...,

hacen sonreír a estas gentes

de aspectos muy fraternales.


Allí arriba el rey del cono

cano y ceniciento a la vez,

se asentó con altivez

y está dormido en su trono.


Javier Figueroa el Guanche,

el más fiel y el más canario,

hace en su pelear diario

de Guerra que te emborrache.


He conversado con gentes

de estos agrestes lugares;

son gentes buenas y afables,

son gentes que esperan pacientes.


domingo, 24 de noviembre de 2013

AGRADERCIMIENTO

Agradezco al Estado de California, en Estados Unidos, la demostración de complacencia que me hacen al leer mis REFLEXIONES Y POESÍAS. Más del 42 % de mis lectores son del citado Estado, incluso me leen más que aquí en España. Agradezco el interés que ponen en la poesía y les digo que..., "la poesía es la expresión más hermosa que nace del pensamiento humano." Un fuerte y sincero saludo al pueblo de California desde La Rioja en España. Y quedo felizmente agradecido por vuestra comprensión y buena lectura. 
                                            Vuestro poeta y amigo, Ricardo de Lalinde y López

miércoles, 20 de noviembre de 2013

DE CÓMO SE NOS VA EL TIEMPO

De Inestrillas se fueron sin hacer la cuenta
de cómo de entre las manos se nos va el tiempo,
el reloj del sol que es el más cierto cuenta
la rivalidad que hay entre dar o quitar el Tiempo.

A sí, el verso limpio y a su tiempo, es el portento
de ocupar el tiempo y en vivir en un solo destino,
ir trepando sin engaño por la escala del canto
y dejar más libre y desocupado el camino.

Y..., a sí la vida concluye sin darnos cuenta
a la gran velocidad que viaja el tiempo,
en su rápido fluir no caemos en la cuenta
de los mejores momentos perdidos en el Tiempo.


martes, 12 de noviembre de 2013

NO ME GUSTA EL FÚTBOL Y SIN EMBARGO TE QUIERO

No me gusta el fútbol  la verdad, pero reconozco que es un antídoto para la depresión nacional.
No me gusta, y sin embargo advierto que gracias a él
vemos ondear banderas españolas por doquier, es más, no se retiran de los balcones y enlazan unas con otras año tras año; entonces España se parece a América u otro país cualquiera donde la bandera es un símbolo respetado.
En esta España nuestra donde se ha perdido el respeto y no solo a su bandera, sino a todo lo que suena a español, decir soy Español, se dice con la boca pequeña y bajito, pero…, si la selección gana, esto ya es otra cosa, soy Español por encima de todo, y…, salen las banderas.
Yo me pregunto… ¿Tiene que haber un partido de fútbol y lo tiene que ganar España para que la realidad de lo que es España y su ser salga a relucir? ¿O es que somos un pueblo desequilibrado, ignorante, inculto y a falta de todo lo que suena a instruido? ¿Por qué somos así y pisoteamos la educación y el respeto? A lo mejor es que lo somos y no conocemos ni la educación ni el respeto, pero lo peor es lo que estamos enseñando a nuestros pequeños. ¡No me gusta el fútbol y sin embargo te quiero España!


Ricardo de Lalinde y López

lunes, 11 de noviembre de 2013


         EL DESTINO (Elegía)

Llegó el triste momento al corazón de mis amores,

quiero saber de tu vida. Tu rincón ya no es el mío.

Ni aquel sendero claro con pájaros y flores,

ni aquellas largas zarzas que bebían en mi río.

La oscura y verde yerba entre las vivas frondas,

jardines vespertinos en los que tú creciste,

se cierran andrajosas las nubladas choperas

te cercan y te tapan como una poza triste.

Y estoy sin ti, y no puedo, como aquél hermoso día,

en que tomé tu pena acuestas y volví a donde partía.

Tropezaré al instante, y al fin de mi osadía

sólo hallaré, llorando, un jardín al que quería.



Inestrillas, octubre de 2013

domingo, 3 de noviembre de 2013

Inestrillas



INESTRILLAS

PRINCIPIO y fin de mis risas y mis llantos.
Madre que diste de tu pequeño vientre
tanta belleza en tu boscaje verde-oscuro,
largo río de azur y de flores entre grana y oro,
ruiseñores henchidos de amor en sus cantos.

Yo te entrego la pluma con la que forjé mis versos,    
 los cantos a mi valle al que tanto amo y reverencio,
y te entrego mi anhelo, mi nombre y mi sueño
y el polvoriento campo callado y solitario,
y mis libros llenos de armonía que son mis tesoros.   

Y te entrego el sol cayéndose y la luna levantando,
y entre el sol y la luna este valle inmenso adormilado. 


Inestrillas, día de todos los santos de 2013 

viernes, 25 de octubre de 2013

ÁRBOLES DEL ALHAMA

Árboles amigos queridos,
de lápiz, papel e inspiración;           
troncos de sereno encanto,
donde el poeta y el pájaro
tejen sus mejores salmos
y trenzan su mejor canción.  

Árboles de sombra y de paz,
bien hechores del humano,
maldita sea la mano
que cortó vuestra raíz
dándole muerte al tallo
y al árbol hacer morir.

De alturas con arrogancia  
y a la paz de vuestra piel
alzo mi rostro risueño;
sois el mejor amigo
que nació junto al Alhama
y el pueblo que más ha querido.

Acacias, álamos y olmeras 
de mis pájaros cantores;
en verdad, en verdad os digo:
sois manantial de caricias
y cobijo de mil hijos                       
del pueblo de mis amores,
  
y en vuestra sombra fraterna
que derrama mil arrullos
la sangre se tornó en  amor;
y a vuestro poético amparo,
árboles del Alhama queridos
dedico esta hermosa canción.


       Inestrillas, 25 de octubre de 2013

martes, 22 de octubre de 2013


 
La generación que construyó España (Reflexión)

“¿Quiénes son los pobres? Los nietos de los ricos”. Aforismo castellano

Cuando analizas lo que ocurre en una empresa o una sociedad, debes buscar las causas que provocan su situación, porque sólo trabajando sobre las causas, puedes cambiar los efectos. Y no tengo ninguna duda de que una de las principales causas de la prosperidad que vivimos en los años pasados fue la actitud de la generación de nuestros padres, y una de las principales causas de la crisis, es haber perdido esa actitud.

Recuerdo que hace años, un empresario brillante que viajó a China para hacer negocios, me comentaba: “China va a ser imparable. Cuando llegas allí el ambiente te recuerda la España de los años 70. Todo el mundo quiere trabajar mucho, ahorrar, comprarse su casa, su coche, que sus hijos vayan a la universidad… Cuando una generación está así centrada,
no hay quien la pare” Este pensamiento me hizo reflexionar entonces y me ha vuelto a la memoria al contemplar a las tres generaciones que convivimos.

Mis padres tienen en torno a 70 años, y siempre han sido un ejemplo de trabajo, honradez, austeridad, previsión y generosidad. Pertenecen a una generación que, como dice mi padre, les tocó el peor cambio: de jóvenes trabajaron para sus padres y de casados para sus hijos.

Son gente que veían el trabajo como una oportunidad de progresar, como algo que les abría a un futuro mejor, y se entregaron a ello en condiciones muy difíciles. Son una generación que compraba las cosas cuando podía y del nivel que se podía permitir, que no pedía prestado más que por estricta necesidad, que pagaban sus facturas con celo, y ahorraban un poco “por si pasaba algo”, que gastaban en ropa y lujos lo que la prudencia les dictaba y se bañaban en ríos cercanos, disfrutando de tortillas de patata y embutidos, en domingos veraniegos de familia y amigos.

Y tan sensatos, prudentes y trabajadores fueron, que constituyeron casi todas las empresas que hoy conocemos, y que dan trabajo a la mayoría de los españoles.

Sabían que el esfuerzo tenía recompensa y la honradez formaba parte del patrimonio de cada familia. Se podía ser pobre, pero nunca dejar de ser honrado.

La democracia significaba libertad y posibilidades y seguir viviendo en armonía y respeto.

Y cometieron los dos peores errores imputables a esa generación:

1)      “Que mis hijos no trabajen tanto como trabajé yo”. Nos
cargamos la cultura del esfuerzo y del mérito de un plumazo,
convirtiendo el trabajo en algo a evitar.

2)      “Como tenemos unos ahorrillos, hijo, tu gasta, que para eso están tus padres”. Con lo que mi generación empezó a pensar que el dinero nacía en las cuentas corrientes de sus padres, que daban la impresión de ser inagotables y que los bancos eran unas fuentes inagotables de hipotecas, rehipotecas y contrarehipotecas.

Y entonces, eclosionó nuestra generación (yo soy del 67).
 
La generación de los nuevos ricos, la generación de “los pelotazos”, del gasto continuo, de la especulación, de la ingeniería financiera, de la exhibición del derroche, la de lo quiero todo y lo quiero ya, la de “papá dame”.

Y todos nos volvimos ricos (en apariencia), todos nos convertimos en gastro-horteras. ¿Conocéis a alguien que se atreva a comer un bocata de chorizo? Le corren a gorrazos por paleto. Ahora hay que comer hamburguesas deconstruidas al aroma de los almendros al atardecer. ¿Y qué decir del vino? Pasamos del Don Simón con Casera, al Vega Sicilia sin fase de descompresión. El vino ya no está “bueno”, ahora tiene matices a fruta del bosque, con un retrogusto alcohólico, que adolece de un cierto punto astringente, con demasiada presencia de roble.
Esto, por supuesto, a golpe de docenas de euro, que para ser un “enterao” hay que pasar por taquilla. ¡Y es que pocas cosas cuestan tanto, como ocultar la ignorancia!

Somos la generación de “endeudarse para demostrar que eres rico”.
Increíble pero cierto.

-          ¿Sólo debes 500.000 €? Es que eres un cutre. Mira, nosotros debemos ya 2.000.000 y nos están estudiando una operación por otros 2 más.

-          Vosotros sí que sabéis sacar provecho al sistema… Ojalá yo algún día pueda deber esas cantidades. ¡Cuánto envidio tus préstamos!

En Alemania no daban abasto a fabricar Mercedes, Audis, BMW para los españoles.

Irrumpió Europa en nuestras vidas y llegó en forma de mega infraestructuras que producían mega comisiones para todos los involucrados. ¡Viva el cazo! ¡Viva el yerno del Rey! ¡Que se besen los padrinos! Además llovían las subvenciones, nos daban una fortuna por plantar viñas y luego a los dos años otra fortuna por arrancarlas. Que llegaba un momento que no sabías si tenías que plantar o arrancar. A propósito, ¿Qué toca este año?

Si algún “tarao” dice que hay que parar esto, se le lapida y  “que no pare la fiesta”. Por supuesto que todos estamos de acuerdo que esto es imposible que se sostenga, pero hay que empezar a recortar por el vecino, que lo mío son todo derechos esculpidos en piedra en la sacrosanta constitución.

De la siguiente generación mejor no hablar (lo dejaré para otro post).
Esa es la generación que dice el aforismo que será pobre, por ser nieta de ricos.

Si somos incapaces de volver a los valores con los que se construye una sociedad sostenible, nos hundiremos, eso sí, cargados de reivindicaciones.

En mi casa siempre he tenido un ejemplo vivo de cordura, honradez y esfuerzo. Y no han sido menos felices que nosotros. Los psiquiatras, de hecho, dicen que al revés, que han sido bastante más. Debe ser que la sencilla tortilla, el melón fresquito, comprar el sofá cuando se podía, poner las cortinas cosidas por nuestra madre, con ayuda de la abuela, trabajar y echarle huevos para emprender (aunque no lo llamaban así) no debía ser mala receta.

Desde aquí quiero dar las gracias a mis padres y a toda esa generación que nos regalaron un país cojonudo, que nos hemos encargado de arruinar (entre todos, que todos hemos aplaudido la locura), y que sólo con que nos descuidemos un poquito más, le vamos a dejar a nuestros hijos un protectorado chino, donde serán unos esclavos endeudados y tendrán unas historias legendarias sobre la prosperidad que crearon sus abuelos, empeñaron sus padres y son incapaces de imaginar los nietos.

Estamos a tiempo de cambiarlo, pero cada vez tenemos menos. Podemos encontrar maestros en casa.
 

sábado, 19 de octubre de 2013

CONTORNO INESTRILLERO
Palacios desgarrados:
Un ramalazo salvaje de la edad
cruza por ellos: un soplo de soledad,
un arrebato de tenaces recuerdos.

Y apesar de todo están en el acceso
con sus indefensos y altísimos muros
y sus grandes espacios, listos
para el acontecimiento excelso
 del ritual, manifestándose frente
a ellos la curiosidad persistente
de las atenciones humanas, ¡fiestas,
rituales de importancia y admiración!

Llegada y salida precipitada
de pájaros de mal presagio,
restos y apariciones de príncipes,
caudillos, señores, sultanes y reyes
con su voz anulada como ríos secos.
 Chirimías de sobresalientes ecos.
Documentos de extremos roídos.
Manuscritos de epígrafes traducidos.
Arcas de lacrados fulgores.
Sepulturas perseverantes.
Palacios quebrados y desmantelados
por vasallos y señores,
vencidos y vencedores.
Historia terminada y principiada,
contada y recontada,
hallada y reencontrada
hasta la secretamente e inesperada
culminación de los tiempos.

En Inestrillas, Contrebia Leucade, 30 de septiembre

de 2013
VILLA DEL CIELO SOÑADA…
 
Inestrillas, villa del cielo soñada
en el farallón dormida,
en el lomo tajador
de ese cerro de codicias
donde vuela en sus primicias
el buitre planeador.

Villa del Alhama incierta
Realenga por más señas,
inviolable en las mesnadas,
siempre tus puertas abiertas.

Pueblo dormido… ¡despierta!
Abre tus alas cenicientas…
Que tienes el cielo abierto
y en el horizonte incierto
puedes fijar tus miradas
y darle una gloria cierta.
 
Tú no eres de este mundo…, no,
eres gloria de otros tiempos…
Del cielo, si, y de sus bravos
y apasionados guerreros…

¡Así es como yo te sueño!

En Contrebia Leucade, Inestrillas, verano de 2013


jueves, 3 de octubre de 2013




    ¡CUANTO HEMOS CAMBIADO EN POCO TIEMPO!


     Y es  que yo no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o hacerla un poco más pequeña.
    No hace mucho, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.
    Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.
    ¡Se entregaron  escrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela en el bolsillo.
    ¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el teléfono móvil cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.
    ¡Guardo los vasos desechables!
    ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!
    ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!
   ¡Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!
    ¡Es más!
    ¡Se compraban para la vida de los que venían después!
    La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.
    Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de frigorífico tres veces.
    ¡¡Nos están fastidiando!! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se fractura o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Te dan una garantía para 24 meses y al 25 se rompe. Nada se repara. Hay que comprar.
    ¿Dónde están los zapateros arreglando las medias-suelas?
     ¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?
    ¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
    ¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
    Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.
    El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
    El que tenga menos de 30 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!!
    ¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de 70 años!
    Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a la cuadra, al corral  o a los cerdos (y no estoy hablando del siglo XVIII)
    No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y en las albarcas de los labradores, y las que no estaban en uso las quemábamos en la Fiesta de San Antón o San Juan.
    Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarda y guarda que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'. Hay que cambiar el auto cada tres años como máximo, porque si no,  eres un arruinado. Así el coche que tenéis esté en buen estado. Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo.  ¡Pero por Dios!

    Mi cabeza no resiste tanto.
    Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de teléfono una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.
    Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.
    Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes, el primer pelo que me cortaron y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su teléfono a los pocos meses de comprarlo?
    ¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?
    En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y las servilletas, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos… ¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una cuerda se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!
    Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las cuchillas de afeitar -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas, por las dudas de que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de los primeros transistores pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que duraran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.
    Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los periódicos!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!
¡Y como no, para limpiarse el culo!

    Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer belenes de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hoguera de  volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y  carritos, los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna carta, con la inscripción a mano en una sota de espadas que decía 'éste es un 4 de bastos'.
    Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa, o con ellos hacíamos pistolas.
    Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!
    Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡por qué la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.    Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.
    Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los agraciados, con brillo, pegatina en el cabello y glamour.
    Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de teléfonos. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar por este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.