lunes, 31 de agosto de 2015


EL RETORNO



Vieja villa de Inestrillas, triste estás meditando,

desde tu verde valle contagiaste mi quebranto

como el árbol va inclinándose al viento dormitando:

te traigo mi dolor y te ofrezco todo mi llanto.



Hoy he vuelto. Sigo siendo el mismo, la sed me aqueja

y pide tus fragancias, a ella le ofrezco esta canción,

y también soy el que aprecia cada minuto que deja

prendido el llanto más dulce dentro de mi corazón.



Hoy vuelvo a tu tranquilidad otoñal, he buscado

infructuosamente mi rastro entre todas las huellas

que sobrecogían al céfiro y el sol lo ha quemado,

todas mis ilusiones son las hojas muertas aquellas.



Mientras tanto, quiero recomenzar aquella senda

que un mal imperioso llegó a consumir los destellos

de la vieja alameda, y que te guardo como ofrenda

en lo mas profundo de mi alma y de mis resuellos.





Inestrillas, 30 de agosto de 2015

jueves, 27 de agosto de 2015


MI ALDEA RIOJANA

Todo es belleza en esta tierra pura

desde los embrujos de tu verdura

hasta el feliz valle de tu guapura

con su jota brava que aquí perdura,


y el sentir de una copla con tanta garra

que en este rincón canto con mi guitarra,

perdido en sus sotos como cigarra

adonde al sol chirría con su chicharra.

Y allí Inestrillas bajo el verde cancel

envuelto en el verde y tupido dosel

que lo harmoniza al marco del dintel,


con tostado aspecto del balcón aquel,

con luceros de pena y boca de miel,

y toda La Rioja concentrada en él.


Inestrillas, agosto de 2015

martes, 4 de agosto de 2015


MI SOLEDAD

No hay igual a esta calma

al encontrarme tan solo

en la mitad del camino

el firmamento estrellado

y por el viento ceñido;

en medio del trigal siento

ser un hombre afortunado.

¡Que a la vez soy, flor y trigo!   


Ya no tengo nada en mi alma.

Ni pena que sobrellevar,

ni recuerdos alejados

que me hicieran alegrar...

Sólo mantengo esta dicha

de ser puro en la soledad

de estar muy sólo en la tarde

¡sólo con la tarde no más!


Se hace largo el silencio

y va llegando la noche,

porque el sol ya se esconde

con sus cabellos bermejos

lejos, entre aquel carrascal;

¡yo quisiera encontrar siempre

esta fortuna indecible

de estar, sólo y apacible,

sería, un milagro de paz!



Logroño, 3 de agosto de 2015