domingo, 28 de octubre de 2012


ROMANCE X

 (El Moro de Inestrillas)

Miradle por dónde viene
Illo el Moro de Inestrillas,
montando una yegua baya
cabalga firme en su silla;
un alfange lleva al pecho
y en la mano cimitarra,
como si fuera a la guerra
lleva espuelas muy punzadas.
Ha firmado una concordia
con los soldados del Temple,
con testigos presenciales
de gran valorado porte.
Por parte mora firmaron
Abezala, Zahet y Mahomet,
por los cristianos lo hicieron
Muñoz, García y Viget.
Mirando estaba su esposa
Doña Aída de Azmet,
también los Zalema y los Muza
moros todos de gran valer.
Pagarán todos los años
morabetinos cien,
estos serán entregados
por fiestas de San Miguel.

Con este común acuerdo
todo el que salga de viaje
tendrá guardado el camino
de villanos y pillajes;
unos a Jerusalén irán,
otros a Roma o a Santiago,
templarios en los caminos
seguro que no han de faltar.
Esta concordia firmada
en mil ciento cuarenta y cinco
unió a moros y cristianos
y ayudó a los peregrinos.

De mi libro (Cantos de amor y esperanza a orillas del Alhama)


                 ROMANCE VIII

                    (La primavera)

Dadme parabienes
mayo y abril floridos,
alegren los campos
las fuentes y ríos.
Eleven sus ramas
las verdes choperas
y den nuevos frutos
almendros e higueras.
Que el ganado suba
a las altas sierras
que cubrió la nieve
y regó praderas.

Montañas esbeltas,
encrestados riscos,
viejos carrascales
robustos pinares;
den paso a los ríos
que vienen del frío,
de los fríos hielos
de los montes fríos. 

Canten mil jilgueros
con largos silbidos,
canten sus amores
al valle florido;
y en los verdes chopos
fabriquen sus nidos
para sus hijuelos,
que es mayo florido.

Dadme parabienes
y alegren los campos,
que ya es primavera
puerta del verano.

De mi libro (Cantos de amor y esperanza a orillas del Alhama)



                     ELEGÍA

              (Cómo muere un pueblo)

¡Oh pueblo mío!, qué triste quedas,
un gran silencio va llenando tu quebranto
y lastimeros ayes gime el viento en tus moradas.
¡Quién ha visto en tus calles la alegría,
las sonrisas y los cantos en alegre algarabía
de los mozos y las mozas cada día!.
Hoy triste y afligido te encuentras
porque tu gente está ausente o se ha ido
y solo quedan unos pocos afligidos.
Muchos volaron al cielo a ser aurora,
dejando al pueblo en el olvido
de este lugar triste que su ausencia llora.
Algunos se quedaron descansando en cruel espera
del inocente ser que nunca llega;
mientras, contemplan sonrientes ese amor que no prospera.
Ya no silba el viento, ni gruñe, ni suena,
ni el agua discurre como antes lo hacía,
ni la tierra es próspera ni amena,
ni el árbol saluda al nuevo día,
ni el sol brilla como siempre solía,
ni la luna en la noche cálida o fría.
El Alhama corre en raudal torrente
y a veces se detiene para oír el triste llanto
de álamos y cipreses que acompañan la corriente.
¡Algún día la rubia aurora entre nubes,
plácida asomará su alegre y radiante frente
llamando al día para darnos sus alegres albores!.

De mi libro (Como salen del alma)

lunes, 22 de octubre de 2012


REFLEXIONES DE UN POETA

  Las horas caminan entre poesías, mil juegos de palabras entre verso y verso..., mil juegos de raras frases y de ojeadas, mil pensamientos esperando que me conduzcan a algún lugar..., perdido estoy en un mar de decisiones que me hacen pensar..., sigo arduo en mi camino lleno de tecnicismos, hasta quedar prendidos en el más justo lugar.

  Elimino imperfecciones y comienzo a perfilar..., lágrimas, sonrisas, besos y miradas de bondad..., mientras pasa la noche y me hago un poco viejo más..., me apetecen sueños de alegría, de amor y de solemnidad..., hoy me pierdo en mi cerebro y no sé como explorarlo ni cómo mi tiempo ocupar..., me pierdo entre la vaguedad de mi cuerpo, entre el cansancio y la soledad, entre los pasos sobre letras que avanzan en mi sosiego y me hacen meditar..., siento la profunda necesidad de escribir y contar toda mi verdad.

  Para mí esto es un reto..., vivo ajeno a toda ésta sociedad virtual, vivo escondido de ésta nueva sociedad normal, pretendo que me entiendan, pero si no es así lo siento. Tal vez deba admitir que la escritura es un recurso para escapar, o para conocerme un poco más..., a veces creo que es mi forma de comunicarme con otras personas que están más distantes o quizás más allá...
  O a lo mejor no tenga nada que contar, o que nunca lo he tenido y resulta que la escritura toma un valor secundario..., a lo mejor la soledad ya no me aterre y comprenda un poco más lo que nunca me supieron enseñar... O tal vez sea un lobo solitario entre la extensa estepa y el campo de batalla al que nunca me imaginé que tuviera que ir a luchar.

  No teman, mi comprensión es soportable, mi capacidad racional es lo suficientemente normal como para continuar, nunca me rendiré, tal vez me quede en forma de resistencia, hasta la próxima vez que me dé un ataque de debilidad..., a lo mejor todo es mentira y yo ni siquiera existo.

                      Desde Contrebia Leucade en Inestrillas, verano de 2012 

lunes, 15 de octubre de 2012


                       ODA XV
   (FRENTE A LAS RUINAS DE CONTREBIA LEUCADE)

   Entre Alcarama y Monegro pasan
negras nubes; el solano del Moncayo
sopla húmedo; las altas montañas
se alzan nevadas, todavía es mayo.  

   Un caminante sentado en el verde
prado, lee viejas historias celtíberas,
algo sobre estos muros que delatan
al cielo y a los siglos sus guerras.

   Se lanzan en bandadas contra ellas,
apiñados, negros, firmes graznares
de cuervos, donde se alzan las murallas
contra los asaltos más audaces.

   El violento bando amenazante
parece repetir pasadas épocas guerreras,
¿por qué provocáis?, de Inestrillas llegan
graves voces de campanas.                            

   Pasa envuelto en ropa un campesino;
pasa cantando entre álamos y huertas
sin querer mirar; ¡qué terribles luchas!,
¡qué valerosas gestas!

   Va cayendo la tarde, vengo caminando
desde Abuelas a Inestrillas, desde lo alto
contemplo la sombría ciudad en la ladera,
bondadosa de sol, voy murmurando...

   con voz grave y solemne un viejo canto.
¡Óyeme, Contrebia! ¡A estos mezquinos
hombres desalójalos de aquí con sus
maldades! ¡Este lugar es sagrado!                            
  
   Contrebia descansa aquí. En el Alhama,                 
su cabeza está posada en la montaña;
sus brazos, extendidos por las lomas;
sus espaldas llegan hasta Cruña. 

   ¡Ay, quién te viera Contrebia, fúlgida
y entre bonanzas, al pueblo célebre
divulgar... “Hasta aquí llegó Roma
defendiendo su derecho y su nombre”!

   Pasaron los tiempos oscuros y afligidos
como los buitres pasan por el Alhama,
y surgí anunciando: ¡Contigo están
tus muertos y tus dioses!, ¡oh Roma!

   Aún hoy, el río ondulante pasa entre
cerros sombríos, susurrando el fresco
aroma de tomillos, espliegos y romeros
que lleva a lo lejos el cierzo.          

   Aún hoy, pastan sobre ti, ¡oh Contrebia!
en el lánguido atardecer los lentos rebaños;
y en las aguas del Alhama sumerge el zagal
a la sombra su torpe tropilla con engaños.

   Negras nubes humean sobre Alcarama;
verde, austera, grande desde su anfiteatro
circular de montes, la Umbría mira el largo
y estrecho valle nuestro.

   ¡Umbrías verdes, salve! ¡Y tú Alhama,
de estas fontanas la diosa! ¡Aún late
en mi pecho la antigua patria donde
los dioses celtíberos airearon mi frente!
   
   ¿Qué árboles quejumbrosos trajeron
las sombras a estos consagrados ríos?
¡Blandengues árboles de tiempos humildes
que arrancaron vientos solanos!.

   Las curvas de tus encrespados montes
fueron la voz del grito que como una rapsodia   
brotó: ¡Oh zagales cuyos rebaños pastan
junto a la ciudad de Contrebia!

   ¡Tú que labras las laderas de los montes
del Carril! ¡Tú que cortas las carrascas
de Monegro, o que en el valle del Alhama
la tierra siembras...!

   ¡Deja el ganado solo en la pradera;
deja en el surco el dócil caballo bayo,
deja el hacha y la cuña en el carrascal,
y corre sin desmayo!

   Ármate de valor y... ¡corre, corre, corre
con las flechas, con la clava, con la lanza!
¡Corre..., que Sertorio quiere destruir
de Contrebia vuestros lares por venganza...!

   Hoy todo está mudo. El suave poniente
forma remolinos cuando brota dócil y diáfano,
y riza el agua creando alegres espejeos
con tembloroso empeño.

   Las flores en la pradera ríen, ríen y ríen,
y extienden sus débiles  y hermosos ramajes,
mezclando jaspes, blancos, amarillos y violetas
con tiernos roces.

   Las fuentes de tus ríos y de tus versos,
brotan al pie de las más altas montañas
entre plácidos juncales y sotobosques,
¡Qué hermoso lecho para las ninfas!

   Montes, sotos, valles y agua de la verde umbría
mi canto aplauden; silba el viento con modestia...,
humea la niebla, algunas  veces sale el sol...
Frente a mí estás tú, Contrebia.
                                       
                      De mi libro de Historia "Memorias del Alhama"

martes, 9 de octubre de 2012


POEMA FILOSÓFICO Y MORAL

El filósofo en el campo.

Qué despiadados e insensibles
nos hace la riqueza. Esa algarabía,
ese continuo caminar veloces
en mil dorados coches, paseando
los vicios por las espaciosas calles;
esas emperifolladas cortesanas,
deslumbrantes en oro y joyería
de los pies a la cabeza; esos teatros,
de derroche y de malicias, sabia escuela;
y ese parado indolente que a quejarse corre
contra el gobierno de turno, mientras sordo
al anciano infeliz vuelve la espalda
que a sus umbrales su ayuda implora;
esas residencias y preciosos muebles
que elaboró el industrioso chino;
ese continuo hablar de oro y grandezas.

Ese anhelo ingenuo de los más villanos,
que nos seducen, nos embelesan
y nos hacen olvidar nuestro habitual
origen y desventuras.
Amigo, somos, vil polvo, sombra, nada;
y engreídos cual pavo en su arrogante rueda,
nos creemos semidioses excelentes.

“¿Qué hay nos grita la vanidad entre el labrador
común y el noble?
Su generosa y rancia sangre, se pierde oscura allá
en la edad dudosa de lo que fue la honestidad,
y de héroe en héroe hasta tus venas corre.
El jerarca debe distinguirse del quemado labrador;
reflexivo el cielo así lo ha determinado,
dando a uno el arte de gozar, y un corazón al otro
transportador del trabajo de ansiedad.



Su frente al alba matutino mirando a las estrellas
en amargo sudor los surcos baña, y exhausto
sucumbe a su dueño sirviéndole, mientras él obtiene
eufórico el fruto de tan fatigosa ambición
y se zampa la médula de miles de trabajadores…”
¡Cuánto el pecho se hincha con tan vil tono,
por más que grite la razón severa y la cuna
y la tumba nos recuerde con que justa natura
nos iguala!

No, amigo, no; por estas tierras la compañía olvida;
ven y aprende de ellos, aprende de la honradez.
Aquí, en su honorable y amable sencillez,
entre pajares, entre el pollino y el honroso arado,
se ha elegido un refugio, colaborador de la gloriosa
soledad; el cortejo las puertas le cerraron, cuando
entre paredes, fuertes muros y hondas fosas,
de las fáciles atenciones ya cansados que en mano
generosa su benefactor les diera, los prójimos
se enclaustraron aturdidos, perdiendo la primitiva
honestidad y en su triste indolencia, piadosas
en sus chozas amarillentas las inocentes aldeanas
reniegan por su desventura.

                   Inestrillas, 4 de agosto de 2012
                      
                          

viernes, 5 de octubre de 2012


HUELLAS EN EL POLVO

Somos tan solo en la vida
sombras que se balancean,
un sin fin de vanidades
con muy ruidosa presencia.

Somos un saco de huesos
cargados de necedades,
vestidos con apariencia
de personas ejemplares.

Pasamos sin darnos cuenta
que solo de paso estamos,
y en un momento cualquiera
en el otro mundo estamos.

Y tantos caminos andados,
y tantos momentos vividos,
serán recuerdos lejanos
más allá de nuestro olvido.

(De mi libro "Cantos de amor y esperanza a orillas del Alhama")

     EL ALMA DEL POETA

Leyendo mis dulces poemas,
a la sombra de mis pensamientos,
he visto el fondo de mi alma
reflejada en un espejo,

he visto cómo de niño
temblando estaba de miedo
porque a una preciosa rosa
quería llevarla el viento.

Era el alma del poeta
que se mira desde dentro;
pues solo el poeta puede
ver lo que está allí lejos,
en lo más dentro del alma,
en el más oculto templo.

Allí en esa mansión
sin paredes y sin techos
he visto a muchos poetas
mirándose sin espejo.
Y es que el poeta sabe
orientarse en el misterio.

Poeta forjado siempre
en las fraguas del silencio
pensando en duras batallas
que ha de librar con su cuerpo.

El poeta que no sueña
no tiene alma ni espejo;
por eso, soñando vuelvo
a verme sin que haya espejo.

(De mi libro "Canto de amor y esperanza a orillas del Alhama")

martes, 2 de octubre de 2012



¿ESTA EN NOSOTROS SER LUZ?...

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.

En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta de que es Santi, el ciego del pueblo.

Entonces, le dice:

-¿Qué haces Santi, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves…

Entonces, el ciego le responde: – Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria.

Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi…
No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

REFLEXIÓN.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer…
Está en nosotros saber usarla.

El que alguien toque mi vida es un privilegio,
tocar la vida de alguien es un honor,
pero el ayudar a que otros toquen sus 
propias vidas es un placer indescriptible.