martes, 30 de junio de 2015


ELEGÍA VI

(Es una tarde de otoño)

Es una tarde de otoño

alegre y muy soleada,

y en el pinar de las Balsas

ya no canta la cigarra;

en la casa de la Nava

ya no se ven los vencejos,

ni el ruiseñor nos alegra

entre los frondosos huertos:

se marcharon con sus cantos

en busca de mejor tiempo,

volverán en primavera

para alegrarnos de nuevo,

y esa alegría traerá

la sonrisa a nuestro pueblo.
 
Nacerán nuevos polluelos

en los pinares más altos,

cantarán sus alegrías

a la sombra del verano.

Los que no volverán más

son mis queridos hermanos,

que se fueron para siempre

y solo me voy quedando.

En las laderas del monte,

en ribazos y cañadas,

han vuelto a crecer de nuevo

cardos, abrojos y ulagas,

y en desgracia le acompañan

pelados montes y lomas calvas;

en barranqueras profundas,

juncos, helechos y zarzas,

crecen con las torrenteras

que engrosan el río Alhama

por canchales y barrancas.

¡Oh tierras de Tras del Prado,

de Coscoger y Gravianas,

tierras pobres, tierras pardas,

tan pobres que no dan nada!.

Montes que cruzaron lobos

aullando en grandes manadas,

peñascos y altos riscos

donde el cuervo cría y grazna;

donde roídas por buitres

brillan osamentas blancas,

donde los cardos y abrojos

se juntan con la cizaña.

Campos tristes, solitarios,

sin caminos ni moradas,

abrojos, espinos y ulagas

y muchas piedras rodadas;


Por el valle del Alhama,

austero, curvo y guerrero

con empinadas cuestas

para tomar los senderos,

entre laderas quebradas

cabalgan en mulas pardas

hombres de estirpe arrogante,

van a sembrar los campos

en la tierra ya cansada.

Las higueras con su fronda

en estrechos barrancales

asoman sus grandes copas,

y sus raíces desnudas

se abrazan a grandes rocas

en un momento de angustia.


Los álamos del Alhama

con sus copas gigantescas,

dan un respiro en verano

y en invierno leña seca:

y sus profundas raíces

se alimentan de la tierra

y beben del río Alhama

hasta la borrachera.

En las mañanas de otoño

cuando la tierra se labra,

las yuntas que están paradas

se uncen para la siembra;

el corvo arado se hunde

en la entraña de la tierra,

y los surcos van abriendo

y cerrando nuevas zanjas.
 

Al llegar la primavera

todos se van a la escarda,

y la tierra está maldita

de avena loca y cizaña:

cuando el labrador coseche

será su labor pesada;

antes de segar el trigo

tendrá que arrancar cizaña.

Si un año es de abundancia,

dos años son de pobreza,

y los rudos labradores

felices con su cosecha.

Es una tarde de otoño

alegre y muy soleada

y en el valle del Alhama

ya no canta la cigarra.


 

domingo, 28 de junio de 2015


ENCONTRARÁS POESÍA



Poesía encontrarás

te dije una vez rïendo

en los sagrados lugares

y en el remoto silencio,

en los recintos que nunca

puso pies el hombre bueno,

en los bosques terrenales

donde se siente el misterio,

en los sonoros susurros

del ulular de los vientos,

en la voz de la floresta

y en los amores violentos,

en las niñas quinceañeras

entre risas y lamentos,

en las ocultas tristezas

donde se guardan los muertos...,

y en las noches estrelladas,

...nunca en los malvados versos.


Ricardo Lalinde López

Logroño, 27 de junio de 2015

miércoles, 17 de junio de 2015


CANTO A MARTÍN FIERRO

Aunque me aventuro a cantar

como el “gaucho” Martín Fierro

sin estar en el destierro

y como ave solitaria

entonaré una plegaria

que me aclare este misterio.

Pido a la Virgen del Prado

y a todos santos del cielo

me ayuden en este celo

para escribir la memoria,

donde explique la historia

con total entendimiento.

Que no se trabe mi lengua

ni me falle la palabra,

y mientras la gloria me abra

las puertas del ancho Olimpo

al cabo de poco tiempo

yo me sienta un hombre rico.

Rico en cantos y versado,

bien puesto y documentado,

sin ser un hombre letrado

quiero ser afortunado

en coplas que han brotado

del secreto del pasado.

Cantando vine a este mundo,

cantando pienso morirme,

y antes de este universo irme

quiero este cantar dejar,

pues cantando he de llegar

a la grandeza celestial.

Con la guitarra tocando

nadie hay que me reprima,

hago relinchar la prima,

saco pecho y soy valiente

aunque mi altivez reviente

y mi talante suprima.

Soy Riojano, entiéndanlo,

como mi lengua lo cuenta,

yo nací en una cuneta

pudiendo haber nacido

en un lugar más querido...,

pero así lo quiso mi Dios.


Mi vida es vivir tan libre

como el pájaro en su vuelo,

vuela contemplando el cielo

donde nada hay que sufrir

y nadie allí me ha de seguir

en cuanto remonte el vuelo.


Tuve una vez hace tiempo

hacienda, trabajo y mujer,

pero comencé a padecer

las desdichas de los hombres,

son ciertas sin decir nombres,

complacencias de la mujer.

Y..., así, amigo, para sufrir

hemos nacido los hombres...

En algunas ocasiones

parecemos ser muy fuertes,

hasta que llegue la muerte

cogiéndonos por los cojones.

Gracias mi Virgen del Prado,

Gracias Cristo del Perdón,

pues entre tanta compasión

habiendo llorado tanto,

no perdí mi amor al canto

ni palabra como cantor.

Canta el señorito y es poeta,

canta el aldeano y... ¡hay Dios!

lo ven como desvaríos,

su ignorancia los asombra;

nunca hizo falta sombra

para diferenciar la luz.

Y..., atención, pido silencio,

y silencio pido, atención,

que con esta aclaración

si no falla mi memoria

les diré que a la historia

le falta la guinda y la flor.


Vengo como adormecido 

cuando llego del trabajo,

así explico más abajo;

que entre gente tan bizarra

si alguien toca la guitarra

me despabilo muy pronto.

Siento reventar mi pecho

y trastornarse mi razón,

siento romperse el corazón

y el alma tengo en un vilo,

y yo me encuentro en un hilo

de perder el equilibrio

al son de guitarra y violón.

Y si alguien me quiere entender

mucho tiene que aprender,

y mucho debe meditar

el que me quisiera enmendar

contra mi propia voluntad.
 

le doy fin a esta copla

porque me he extendido mucho

y yo no soy ningún chucho

al que haya que marear

tirando la piedra al mar

para enrabietarlo mucho. 

Ricardo Lalinde López/ 16 de junio de 2015 

miércoles, 3 de junio de 2015




SOY POETA DE LA VIDA

Soy rapsoda de la vida.
Soy versista y trovador.
soy quien crea de la nada
románticos cantos de amor.


Muchos versos he cantado
que los libros me enseñaron,
otros me enseñó el arado
y algunos fue la inspiración.


Algo que por ser tan claro
llega, pasa y lo descubres,
tan simple y no digo raro
como mamar de las ubres.

Y cuando digo mamarlas
digo bien y soy prudente,
a veces hay que endulzarlas
con un trago inteligente.

Soy trovador de la vida
y canto cosas muy bellas,
                           
bien venida en su acogida
las primorosas comedias.

Si no les gustan mis versos
ni lo que en ellos expongo,
la vida es quien de ex proceso
me enseñó a ser pedagogo. 

Por eso elegí ser poeta,
poeta que canta a la vida,
soy como el anacoreta,
labora, ora y recogida.