martes, 26 de agosto de 2014


DESNUDANDO MI ESPÍRITU


Mi espíritu desnudo en estos versos,
corazón lirondo y melancólico
que abandona sus pétalos dispersos.

Espíritu que puede ser una ola,
que puede ser clavel, o una magnolia,
un bosque, una montaña o una amapola.

Alma como el aura que viaja inquieta
y ulula cuando está sobre los lares
y duerme levemente en una grieta.

Espíritu que quiere en sus altares,
dioses que no dejen ensombrecerle;
espíritu que no sabe de amarres.

Espíritu fácil de dominarlo
con solo un corazón que se rompiera
para con sangre cálida regarlo.

Espíritu que siendo primavera
pide al invierno no se atrase y vuelva,
y su nieve descargue en la pradera.

Alma que cuando llueve se disuelve
con congojas, clamando por las cosas
con que la primavera nos envuelve.

Pasión que a veces suelta mariposas

al campo sin fijarse en las distancias,
y les dice..., chupad sobre las rosas.

Cuerpo que morirá de la fragancia
de un poema, de un suspiro en que se ruega,
sin perder sus formas y su elegancia.

Ser que nada entiende y todo lo niega
y negandolo todo el bien propicia
porque negando es como más se entrega,

ser en que suele estar su gran delicia
buscando las almas, dejando la huella
y sintiendo de cerca una caricia.

Espíritu disconforme con ella,
pasa como un vendaval, vaga y gira;
espíritu que sin cesar delira

porque es el buque insignia de su estrella.

sábado, 9 de agosto de 2014




MADRIGAL


Déjame mirar tus plácidos ojos.
Atesoran luz de mar y de cielo,
y su resplandor apacible va en pos
hasta mis entrañas como un anhelo.

Tus ojos son luceros que iluminan
todas mis penas y se tornan flores;
déjales a ellas y que resplandezcan
cual gentil leyenda de mis pesares.


Que halle en ellos astros vagabundos,
que sueñe con inexplorados mundos,
que elimine en ellos mi melancolía...,
que sean dulces, radiantes y profundos,
¡
como puestas de sol, adorada mía...!