martes, 30 de marzo de 2021

 

INESTRILLAS: HISTORIA Y RUINA DE UNA POBLACIÓN ALTO MEDIEVAL.


La historia oculta del farallón que circunda al poblado de Inestrillas no debiera de perderse con el tiempo, y si no se actúa de una vez, se perderá la historia de este enclave del Alhama, su castillo, su cárcel medieval, su iglesia semi-rupestre y sus viviendas tanto las adosadas al farallón como las cavadas en él, corren peligro; sólo se trabaja en Contrebia Leucade como único testimonio de este rincón del Alhama, (grave error el que se está cometiendo si por ello se olvidan sus orígenes, la Fenestrellas).


Ni que decir tiene que, seguramente, no es equiparable a Contrebia Leucade o a cualquiera de las iglesias y ermitas de nuestro entorno, pero es innegable que el conjunto de cuevas, construcciones adosadas y el castillo roquero que se muestran en el farallón rocoso de la “Finiestriellas alto medieval” son una provocación misteriosa, un cuestionamiento sobre la historia desconocida que ocultan una interrogación al pasado que protagonizaron y un reclamo a la atención de cuantos pasan ante él y no olvidemos que los orígenes de Contrebia Leucade son Inestrillas la celtíbera Fenestrellas o Finiestrillas.


En este rincón abundante de rico y espectacular patrimonio, no hemos sido muy dados a conservar y proteger nuestro pasado histórico y monumental. Pero sí somos proclives al lamento y a la crítica cuando nos topamos con una ermita en ruinas, un castillo hundido o un tesoro artístico perdido por la desidia y la ignorancia de quienes pasaron a su vera cuando ya no hay remedio. No olvidemos que cerca del farallón de Inestrillas la maleza oculta las ruinas ruinosas de la ermita de San Roque, en el término de su nombre.

A lo largo de los últimos meses hemos visto cómo se ha desprendido una parte del “Palacio que fue del Marqués González de Castejón” (Ministro de Marina de Carlos III). Todo ello, en otro tiempo habitado, muestra la ruina actual por la desocupación humana. No es ninguna catedral, palacio o castillo, pero no cabe duda de que es un conjunto arquitectónico singular, ante el que el visitante se pregunta si no merece la pena conservarlo.


Todo lo que vemos aquí caracteriza de manera singular a Inestrillas y puede ser un atractivo turístico añadido. Pero no podemos limitarnos al valor turístico de las cosas; la historia tiene su propio valor, el patrimonio merece aprecio colectivo y su conservación ha de centrar la mirada de las autoridades y pueblo en general de manera que, aun cuando los objetos de interés sean de propiedad particular, como es el caso del 'Palacio' de Inestrillas, se han de tomar iniciativas a tiempo para mantener lo que todavía permanece y que es legado de muchos siglos, aunque el deterioro y el abandono lo hayan hecho pasto de la desidia, y la modernidad le hayan vuelto la espalda. El desinterés y la falta de recursos no pueden ser la caries que lo destruya.


Ahora se necesitaría algún estudio del conjunto que ayude a desempolvar la historia que encierra y el Ayuntamiento de Aguilar del Río Alhama administrador del pueblo de Inestrillas, es quien a través del Ministerio de Cultura debe comenzar a tratar la abandonada historia de tan deteriorado lugar.


Hoy, al escribir este documento, debo decir que el “Palacio del Marqués González de Castejón” se ha derrumbado, sólo ha quedado el farallón y a sus pies los escombros de lo que este singular edificio fue, triste fin para una emblemática y polémica construcción.

La ermita de Nuestra Señora del Prado ya ha sido recuperada en su totalidad, tanto el edificio como sus espectaculares frescos, pinturas de mediados del siglo XVII, la Asociación de Amigos de la Virgen del Prado viendo el deterioro de sus monumentos puso manos a la obra y el resultado ha sido extraordinario; esta Asociación y el pueblo de Inestrillas manifiesta su confianza en la nueva alcaldesa doña M.ª Asunción Sáenz Arnedo que desde el principio de su llegada ha dado motivos para tener confianza en su buen hacer.


Ricardo Lalinde López


Inestrillas-Logroño, 28 de marzo de 2021

viernes, 19 de marzo de 2021

 

CUANDO LA PANDEMIA AMAINE

Cuanto la pandemia amaine

y no tengamos que temer,

recordaremos al tiempo

lo que perdimos ayer.


Cuando llegue la alegría

y el sol relumbre otra vez,

cantaremos a la aurora

y también al anochecer.


Seremos afortunados

y dichosos por volver,

y estaremos orgullosos

de lo que hicimos ayer.


Mientras el silencio ahora

con gallardía hechicera,

va rondando los rincones

esta feliz primavera,


de su paz y devociones

que vuelven por sus caminos

de sus huertas y molinos

rompiendo sus corazones.


Ricardo Lalinde López



Logroño, 15 de marzo de 2021

jueves, 11 de marzo de 2021

 

ÉGLOGA (la fuente y el caminante)


La fuente del Prado siempre brotando,

el manantial canta a su rítmico chorreo,

que en verano sacia al hombre blando.


¡Como las claras aguas veo presente

viéndolas en mi memoria de aquel día

en que mi alma tiembla y arder presiente!


En vuestra transparencia vi mi alegría

os vi oscureceros toda y enturbiarse;

cuando os recobré sabía me acogería.


El dulce susurrar de este sonido,

los árboles por el viento movidos,

y el hermoso pastizal florecido.


Podría volver enfermo y descontento

cualquier zagal del lugar jovial y sano;

yo solo con bien morir me contento.


¿Cómo puedo rezar si triste lloro

y convertir tan satisfecha vida

en pobreza con todo mi tesoro?


Quisiera mudarme y a la despedida

dejar parte de la ofensa y el daño

que a mis entrañas tiene consumida.


¡Cuerpo agotado…, qué terco es el dolor

que nos cansa, desfallece y enflaquece!

¡Ay, si yo pudiera tener ese valor!


Hay quien guardando el bien, jamás se ofrece,

quizá es que el sueño le dará durmiendo

cierta dicha que luego el aborrece .


        ¡O fuente, tú que nuestra sed saciaste!

        ¡O fuente, tú que nos diste vida y fe!

       ¡No dejes que tu germinar se agote…!




             Logroño, 1 de enero de 2021


CUANDO LA TORMENTA PASE


Cuando la tormenta pase

y se amansen los caminos

y seamos sobrevivientes

de un naufragio colectivo.


Con el corazón lloroso

y el destino bendecido,

nos sentiremos dichosos

tan sólo por estar vivos.


Y daremos un abrazo

al primer desconocido

y alabaremos la suerte

de conservar un amigo.


Y entonces recordaremos

todo aquello que perdimos

y de una vez aprenderemos

todo lo que no aprendimos.


Ya no tendremos envidia

pues todos habrán sufrido.

Ya no tendremos desidia

Seremos más compasivos.


Valdrá más lo que es de todos

que lo jamás conseguido,

seremos más generosos

y mucho más comprometidos.


Entenderemos lo frágil

que significa estar vivos,

sudaremos empatía

por quien está y quien se ha ido.


Extrañaremos al viejo

que pedía un peso en el mercado,

que no supimos su nombre

y siempre estuvo a tu lado.


Y quizás el viejo pobre

era Dios disfrazado.

Nunca preguntaste el nombre

porque estabas apurado.


Y todo será un milagro

y todo será un legado

y se respetará la vida,

la vida que hemos ganado.


Cuando la tormenta pase

te pido Dios, apenado,

que nos vuelvas mejores,

como nos habías soñado.


El cubano Alexis Valdés escribió en 2020 el poema conocido como "Cuando la tormenta pase"


martes, 2 de marzo de 2021

 

HISTORIAS DE NUESTRA HISTORIA -EL OBISPO LEPE-


Hoy hablaremos del obispo Lepe:

El obispo Lepe es quizá el más famoso obispo que ha tenido la diócesis de Calahorra, en todos los tiempos. Su figura ha trascendido en el ámbito general y ha llegado hasta el refranero; “Más listo que Lepe”.

Nació en San Lucar de Barrameda el 29 de junio, festividad de San Pedro, del año 1641 y fue ordenado sacerdote el 9 de abril de 1666 a los 24 años, era doctor en teología por la Universidad de Sevilla. En 1667, a los 25 años de edad conseguía la canongía magistral de Badajoz, donde estuvo 19 años.


En 1686 fue nombrado obispo de Calahorra. Cumplidas las formalidades habituales, en diciembre de ese año de 1686 salió de Badajoz, en caballo y litera camino de su diócesis lejana, en La Rioja. Dice su biógrafo y secretario Don Francisco Torres y Navarrete.


Tenía hecha elección de cuatro sacerdotes con dos pajes y un secular que le acompañasen y sirviesen en los precisos ministerios”.


Llegó la hora de salir de Badajoz para Calahorra tomando la ruta que le conduciría, y el día 24 de diciembre víspera de Navidad puso los pies en tierra de su obispado y habiendo sido acompañado por unos pasajeros, noticiaron a los Beneficiados de Inestrillas (primer lugar de su diócesis) que su Prelado venía por allí y que estaba ya muy próximo.


Con el afecto de recibirle, salieron ese día 24 al encuentro el cabildo de Inestrillas y lo hallaron en el camino de Ágreda junto a tierra riojana. Al llegar uno de los Beneficiarios le previno, diciendo; Señor, ya está Vuestra Ylustrísima en los términos de su jurisdicción”.


Mandó detener la litera, en que iba, salió de ella, y puesto de rodillas besó con humillación la tierra, levantando los ojos, oró por un rato pidiendo a nuestro Señor le entrase en el redil con sus ovejas”. Esto ocurría el 24 de diciembre de 1686.


Aquella noche quedó con sus clérigos en Inestrillas; el Príncipe de la Iglesia, el día 25 de diciembre, día de la Navidad celebró la primera misa de su obispado en la Iglesia de la Natividad de Inestrillas”


El día siguiente 26 de diciembre continuó su camino hacia Calahorra dejando bendecido a todo el pueblo de Inestrillas.


Esta es parte de la historia de un gran obispo que vivió su primera Navidad en la Villa de Inestrillas de camino a su obispado en Calahorra.


Ricardo Lalinde López, de mi libro “Memorias del Alhama”.