martes, 29 de enero de 2019

MUJERES EN LA HISTORIA ( LA PAPISA JUANA)

La Iglesia siempre ha buscado silenciar a aquellas mujeres que han jugado un papel importante en algunos Papados, como es el caso de Marozia de Spoleto o de Olimpia Maidalchini, a las cuales las ha enterrado en el absoluto silencio histórico, para que no se sepa de su existencia.

La Papisa Juana...
Juana nace en el año 822, en Ingelheim am Rhein cerca de Maguncia (Alemania). Era hija del monje Gerbert, que forma parte de los misioneros cristianos mandados desde los territorios de anglos para cristianizar a los sajones y llevarles el Evangelio.
Juana vivió inmersa en un mundo de profunda religiosidad y en un medio en que el conocimiento cultural era práctica habitual cosa que no se daba en esa época oscura. Juana que era muy inteligente sabía que como mujer tenía pocas posibilidades de desarrollarse intelectualmente, por lo que decidió hacerse pasar por hombre.
Para poder seguir estudiando, Juana cambió su nombre por Johannes Anglicus (Juan el Inglés) y así pudo trabajar como copista en la abadía de Fulda, que le permitió profundizar en el conocimiento de la medicina.

Esto hace que Juana pueda viajar de monasterio en monasterio (que en aquella época eran los únicos lugares donde se daba la cultura) lo que permitió conocer a los grandes personajes de la época.
Se sabe que viajó a Constantinopla y allí conoció a la todopoderosa emperatriz Teodora cuando ya era muy mayor, que era la esposa del emperador Justiniano, con la que entabló una gran amistad, debido a la sabiduría de ambas tenían.
Se sabe que estuvo también en Atenas, donde profundizó en el conocimiento de los grandes filósofos griegos y conoció al rabino Isaac Israelí, del que aprendió grandes conceptos de medicina y a sanar determinadas enfermedades.
Ya de regreso a su tierra alemana, fue llamado a la Corte del rey Carlos el Calvo, donde era escuchado debido a su profunda erudición.
En el años 848, Juana se traslada a Roma, donde es elegida para dar clases y pronto alcanzará gran fama, siendo bien recibida en los medios del Vaticano. En su estancia romana Juana aprovecha para profundizar en los estudios del trivium y quadrivium.
Debido a su erudición y a la fama que como profesor alcanza es presentada al Papa León IV, que se vio gratamente sorprendido por su erudición. La introduce en el mundo Vaticano, dedicándola a desarrollar la política de la Iglesia en los asuntos internacionales, además de ser su médico particular.
En junio del año 855 muere el Papa León IV, siendo elegido la Papisa Juana con el nombre de Juan VII.
Durante el pontificadoado de León IV, Roma está sumergida en una profunda crisis social y política. Las elecciones Papales dependían de las votaciones de los fieles romanos, pero sobre todo de las corruptelas protagonizadas por las grandes familias patricias romanas.
Era habitual que los Papados fueran de poco tiempo de permanencia en la silla de Pedro. Siendo habitual asistir a la destitución de Papas para nombrar a otro de una familia rival. Muchas veces los romanos hartos de estas corruptelas de las grandes familias romanas procedían a elegir un nuevo Papa.
El nombramiento de Juan el Inglés se debió a la gran debilidad de los patricios romanos y se procedió al nombramiento de la Papisa Juana debido a la fama que había adquirido de santidad y erudición. Los inicios de su Pontificado estuvieron llenos de placidez y de calma, rompiendo la alteración de los anteriores Pontificados.
A pesar de hacerse pasar por hombre, tuvo una vida sexual activa.   Se dice que ingresó en la abadía de Fulda siguiendo a un amante estudiante que había ingresado en ella.   En su estancia en Roma, mantuvo relaciones con el embajador de Sajonia en el Vaticano, Lamberto.   Como consecuencia de esta relación quedó embarazada.
A los trece meses de su Pontificado fue consciente de que estaba embarazada.   Los largos hábitos y las vestimentas alargadas  y unido a lo inimaginable que resultaba pensar en un Papa embarazado, permitió que nadie se diera cuenta del tal hecho.
Esto demuestra que Juana no era lo virtuosa que se decía.   Juana aceptó de mala gana dicho embarazo, pues le iba a dificultar y complicar su labor como Papa.   Aquí cabe hacerse algunas preguntas:

¿Por qué no abortó dado que tenía amplios conocimientos de medicina?   
Ella tenía asumido totalmente su rol masculino, de ahí la dificultad en la asunción de su embarazo y en que no hiciera nada. Su idea era ir a dar a luz en secreto y después ocultar a la criatura, por lo que esta situación era salvable.
El problema surge cuando se le adelanta en dos meses la fecha que ella tenía prevista para dar a luz.   Los hechos suceden cuando estaba presidiendo una larga procesión por las calles de Roma, que tenía una gran exigencia física.   Dicha procesión iba desde la iglesia de San Pedro a la basílica Lateranense, en un lugar entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente.   En medio de una calle estrecha se puso de parto.    Por eso se dice en Roma nunca más ha pasado una procesión por este lugar.
Debido al gran esfuerzo empezaron los dolores, que al principio aguantó estoicamente pero pensando que no habría problemas siguió en la procesión.   Estos dolores fueron a más y rompió aguas en medio de la misma.   De esta forma los obispos, el clero y el pueblo romano asistieron alucinados al parto en plena procesión del Papa.
Horrorizados, escandalizados y furiosos los devotos participantes en la procesión rodearon al Papa y lo apedrearon hasta producir su muerte.
La suplantación de Juana obligó a la Iglesia a proceder a una verificación ritual de la virilidad de los Papas electos. Un eclesiástico estaba encargado de examinar manualmente los atributos sexuales del nuevo Pontífice a través de una silla perforada.
Acabada la inspección, si todo era conforme a la ley, debía exclamar “Duos habet et bene pendentes”, que traducido dice “tiene dos, y cuelgan bien”.

LA TORMENTA

Ya se fue la malasombra
corriendo va la cuadrilla;
y este valle se recobra
de tan grave pesadilla
de esta cita inoportuna;
y en la perezosa cuna
ríe el nene y la casa alegra.
Ya se va la sombra negra;
a distancia suena y grita
esta tormenta maldita;

igual cuando cubre el monte
de nubes el horizonte,
igual que en su oscuro seno
retumba lejano el trueno;
igual que en la primavera
la nieve se ha consumido
en la ibérica cordillera,
que a lo lejos manda el ruido
del impetuoso torrente
que arrastra la huerta entera,
cubre el pueblo y rompe el puente
e inunda la sementera.

¡Ya se fue la malasombra
ya pasó la pesadilla!

               Logroño, 21 de enero de 2019


          PINCELADAS

                     I

Negras o pardas, cuando no verdosas,
cuatro tapias cierran el corralillo,
cercado con verdor florido en rosas
y adornadas en ámbar amarillo.

En el césped bella estatua de piedra,
nardos, jazmines, y al centro pinsapos
un bello laurel que a la sombra medra
y mil mariposas vuelan los campos.

Un cielo azulado con refulgentes
rayos de sol entre nubes, que brota
de las inseparables y brillantes
centellas para evaporar su gota.

Lejos, y haciendo arco el horizonte,
densa y verde vegetación abunda;
y descendiendo las faldas del monte
veo la imagen de tierra muy fecunda...,

cerro empinado y cónico alardea
como sana madre de teta erguida
que se vierte tímidamente y albea
empapada en su líquido de vida.

                       II

Luego el cielo azul, el terreno en calma
y el sol de altivo brillo vespertino
y profusas ilusiones en mi alma
van llenando de flores mi camino.

Mi vida es toda placeres y encantos,
mi pecho generoso de pureza,
mi huerto lleno de fragancia y cantos
y lejos he dejado la pereza.

Ayer, mi poesía fue rica y galana
colmando mi cabeza de fulgores;
tú, apacible y serena en la ventana,
me hablabas de dichas y de amores.

Ayer..., la luz era toda de poesía:
el alba era pura y las tardes bellas
henchidas de ligera melancolía,
y las noches pletóricas de estrellas.

Hoy… la noche es la sed en el desierto,
he perdido la confianza, y la creencia,
el cariño en tu confianza ha muerto,
y alambras de espinas mi existencia.


Logroño, 24 de enero de 2019

        A UN OLMO

¡Bien olmo de canto gris, que sublimas
en tus alturas arrogantes rimas
honradas musas, y a cantar animas!

En las hojas fecundas y derechas
de tu emplumada y elegante flecha,
el ruiseñor altivo plañe una endecha.

Yo abro las alas verdes, y al crudo
viento del áspero airón las sacudo,
y con hermosa canción te saludo.

Fuertes piernas, presionan como clavos
el secreto de tus linajes bravos,
hechos por brazos de gigantes cabos.

Y si la rama del odio me ciñe
ánimo y guitarra, la solfa riñe
la trova es gancho que la sangre tiñe.

¡Como peregrino en tus selvas nuevas!
Gracia y hechizo a las miradas pruebas
guirnaldas que hasta las nubes llevas.

A magnífica lumbre te abandonas
con refulgente lágrimas temblonas
diamantan y embellecen tus coronas.

Me abraso en musa de amor, y con rocío
como el que abraza las que Dios nos envió
deseos de que me sane el arcángel mío.

¡En tu piel mi nombre grabé y se mezcla
tal vez lo guardarás de que perezca
a si podrá durar hasta que crezca!


Dedicado a los grandes olmos que
hubo una vez en las olmeras de Inestrillas.

Inestrillas, 30 de enero de 2019