miércoles, 23 de noviembre de 2016

ROMANCE
(a un caballero de Salamanca)

Venía de Salamanca
en brioso corcel montado
un mozo, fuerte y bragado
cubierto con una capa.
Llamabanle el embozado.
En la mitad del camino
de Salamanca a Logroño
mira a tras y dice…, “coño”
me olvidado del tocino,
y sin tocino no atino.

Presto tira de las riendas
y el caballo se encabrita
y el bravo mozo recita
del alma las encomiendas,
y bajando del caballo
con elegancia se apea
y bajo el sol centellea
de fino acero, su espada,
que lleva oculta en la capa
por si puede afanar peras.

Y como el sol cae de plano
saca una bota de vino,
que siempre lleva en el ruano
regalo de un peregrino.
A la sombra en el camino
se tumba sobre las hojas
y en un momento asustado
en estruendoso relincho
sale corriendo el rocino
por culpa de un simple bicho.

Y en los campos castellanos
entre viñas y trigales
se quedó aquel salmantino
sin caballo, y con sus reales,
mas…, con la ilusión que vino.

         

Logroño, 22 de noviembre de 2016


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