miércoles, 14 de diciembre de 2016

LAS FRAGANCIAS DE UN AMIGO

Es hora de fumigar...,
y señores yo no miento
pues el vaho lo presiento
un poco de alcantarillao
y me inclino páotro lao,
de lo mariau que me siento.

A un amigo el otro día,
cuando estaba trabajando
él le estaba perfumando
con “Embrujo de Tripilla”
y el pobre muy trastornao
se resbaló de la silla.

De perfume se cambió
y luego le fue al intestino
y el amigo perdió el tino
sintiéndose transportau
a olor de vientre escaldao.
¡Ay... en donde estoy metio!

Ay, que aroma embriagador,
qué fragancias de mil flores,
qué cálido y suave aliento
que al roce de mi nariz
anestesiao ya me siento
y creo que no lo cuento.

Y si por casualidad
tienes el escape flojo,
dispara pal otro lao
o pon el culo a remojo
porque el escape te huele
como a intestino flojo.

Pepón en dos ocasiones
tuvo ocasión de catar
y de mascar los sabores
que en continuas condiciones
se agitaban con sudores
y emanaban sin parar.

Lanza tu suspiro al viento
que caliente al mal oliente
y que agrade algún cliente
aunque se quede privao,
pué que le guste a su olfato,
pero al mio... Ni pal gato.

Y con esto ya termino
mi sarta de desatinos
y cómprate un buen perfume
verás lo bien que te sienta,
si lo haces con atención
te dará buen resultau
y saldrás en televisión.

Logroño, 14 de diciembre de 2016

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