sábado, 21 de junio de 2014


NO TODA LA TIERRA ES PAN


No toda la tierra es pan y es tristeza,

ni toda miseria recordada dura,

donde el aire no es amor pero alcanza

para saciar el cuerpo en la desventura.


Vamos acompañados de un pellejo

donde el jarro de vino se desparrama:

abrasador como el sol en el rastrojo,

igual que el fuego se prende en la retama.
 


Y atravesamos la unión materna,

donde la jornada brota vigorosa

a la captura del pan que la amaina,

que al no manar del pecho es otra cosa.
 


Como un pedernal brillante en la ladera

resplandece el sol, deslumbrante y suave:

nuestra vida comienza con la espera

y no queremos saber que es muy breve.
 


Es final de septiembre cuando se halla

a punto de terminar con el verano;

en el pajar lo que queda de la trilla

sólo un montón de paja y poco grano.

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