sábado, 21 de junio de 2014



ELEGÍA III


(Un paseo por mis recuerdos)


Hoy he madrugado para ir al campo

y vivir momentos llenos de recuerdos.

Pasé por la viña del cerrillo alto

y ande por las tierras donde he trabajado;

estuve en Calores, subí a los Solanos,

pasé por la Umbría y bajé a los Llanos;

todo está baldío, también en el Prado

donde el agua corre hasta en el verano,

y lo vi perdido, solo, abandonado.

Pisé las tomazas, tomillos y arnachos,

me impregné los pies de perfumes varios.

Anduve caminos rotos y olvidados

y me pareció oír un canto quebrado

allá en Tras del Prado: todo era mentira,

eran los recuerdos de tiempos pasados.

Y cuando bajaba del monte hacia el llano

por esos caminos que había arreglados

sentí mucha pena, pues el campo estaba

todo abandonado.

Desde lo alto de la Peña el Rayo

contemplé a Monegro y miré a Moncayo,

que oscuros y negros están vigilando

las altas montañas y los valles bajos.

Cuando di la vuelta para irme al paso,

dejé solo el monte, dejé solo el campo,

y el viento gruñía por cerros y tajos

como una llamada desde lo más alto.

He visto una higuera que pedía auxilio,

almendros muy secos y olivos sin brillo,

los buitres volaban haciendo su circo

y de vez en cuando bajaban al risco.

Un pájaro negro de agüero muy malo

cantó un par de veces llamando y llamando,

y el cuervo aburrido de tanto graznar

se marchó volando a otro lugar.

Yo volví a mi casa triste y cabizbajo

huyendo de todo, solo, extraviado,

por montes medrosos y valles aciagos,

insensible a todas bellezas del campo

me ofrecí un respiro, me ofrecí un descanso.

Pensé en otros tiempos de copiosas mieses,

y pensé en la trilla, y pensé en la avena,

y recordé la jota cantada en la era.

¡Cómo sonaban los cánticos sencillos

y las bravas jotas en labios del labrador!

¡Y cómo se aguantaban los centelleantes rayos

del sol, dando vuelta a la parva y haciendo

latir en celestial congoja el corazón!

En mi entusiasmo perdido dulcemente,

las tristes lágrimas de mis ojos afloran,

y a ti, viejo amigo del pasado, te pido ahora

amparo y aliento para este infeliz que tu favor

implora

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