sábado, 27 de septiembre de 2014


LA “ROSA MALDITA” LA PEONÍA

Es Inestrillas; la gentil cintura
entre nuestro Valle y la Sierra, donde
un mundo de color el monte esconde,
la grandeza del alma y la flor pura.

Yo nunca la había visto; pero un día
que partí como joven campesino
desde esta tierra donde vivo, vino
hasta mí la “Rosa Maldita” o Peonía.

La rosa más bella que vi en guapura
y la más hermosa que amar empecé,
la que apacible y extraña, sólo crece
en la honestidad de una tierra pura.

Cruzaba por Monegro lentamente,
por caminos yermos distraídamente
temiéndome perder, mas de repente,
hallé la flor más hermosa del monte,
al elevar mis luceros al frente,
la vi en parterre florido de rosas
que esmaltaban jazmines y amapolas
y que mecen a la flor más fulgente.

Hay una hermosura, jovial, risueña,
sobresaliente, tierna y encantadora
como entusiasta en sus colores, dueña
de la montaña que luce y enamora.

Es ella, la Peonía, flor de ese suelo,
la magna de ese jardín encantado,
de dicha flor arquetipo deseado,
es sol resplandeciente de aquel cielo.

La perfumada flor, la que más brilla,
de corola noble, fresca y gallarda,
abriéndose a la luz de la mañana
en los jardines de Monegro ¡es ella!

“Rosa Maldita” le decían, nacido
el nombre de múltiples cualidades;
                  la admiración le trovó mil cantares,
                                      
y al carrascal llenó de colorido,
al verla la adoré cual campesino
que ese aroma con fervor él elige;
adorarla y respetar fue mi sino
aunque me aleje, el deber me lo exige.

Y a esa tierra tan alta y tan lejana
en las serenas alas de los vientos,
envío de mi pluma los acentos
a esa flor que he visto soberana.

¡¡Así le dijo el joven campesino
y siguió cantando su camino!!



Inestrillas, 27 de setiembre de 2014


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