A MI BUEN AMIGO EDUARDO

No ha muerto todo amigo mio,
mientras viva en mi alma tu recuerdo.
Un verso, una palabra, una sonrisa,
te dirán claramente que no has muerto.

Volverás con las tardes silenciosas,
con el sino que brilla junto a ti,
con la brisa que nace entre las hojas,
de los sotos del Alhama, tu jardín.

Volverás a subir al alto Prado
a cantarle a tu Virgen tan gentil; 
con la lenta agonía de las cosas
que nunca, jamás, han de morir.

Este mundo generoso nos inmola,
este mundo cruel que nos destroza.
A tu lado estaré amigo Eduardo
como una flor más de tu jardín.

Inestrillas-Logroño, 1 de octubre de 2016