miércoles, 27 de septiembre de 2017

LA FLOR DE LA PRADERA

La encontré por el camino,
perdida por la pradera,
dirigente del que pase,
de quien hablara y quien viera.

Dijo: “sube conmigo al monte.
Sube que es primavera,
cogeremos flores blancas
blancas de nieve primera”.

Subí a la cima más alta
más alta de la montaña,
bamboleaban al el viento
que brotaba de mañana.

Cuando bajé con la carga
y la encontré en la pradera,
la fui cubriendo de flores,
con mil ramos de azucenas.

Sin mirar en su blancura
me dijo la afortunada,
acarrea para mí, rojas
flores aterciopeladas,

esas que crecen arriba
donde los picos se besan
con el cielo en la mañana,
al anochecer y al alba.

Quiero flores sin espinas...,
flores rojas, flores blancas,
con perfume a hierba buena
y de pétalos coronadas.

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