martes, 5 de noviembre de 2019

MIS OJOS

Triste, sólo, callado, y pensativo
huyo de la plebe, con ojos llenos
de pena y de sollozo, los benignos
ojos que a mi pesar me tienen vivo.

Allí quedó mi espíritu cautivo
penando por su estima; son ajenos
al primer amor, y a los bellos senos
que enjuagan y lloran su hado esquivo.

Yo, seguiré la luz de su belleza,
dentro en el fondo, llevo el golpe fiero
y allí por donde voy me acosa su ira.

Del mal, libro a mis ojos; y el primero,
por quien implora mi alma su entereza,
es ver el pesar que su rostro mira.


Logroño, 6 de noviembre de 2019

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