martes, 12 de enero de 2021

 

Dos sonetos para mi pueblo



LA ERMITA DE SAN ROQUE


Allí en la vieja ermita abandonada

se altera su vejez en la colina,

caído el techo espadaña derrumbada,

toda ella es una verdadera ruina.


Las higueras del huerto se han secado;

en sus silencios ni un ruiseñor trina…

Sólo por los pedruscos del cercado

la hiedra escala y en subir se obstina.


El viento susurra tristes querellas

por caminos ruinosos y desiertos…

Y, al margen a mundanales recursos,


aparece la luz de las estrellas

que rezando están por los monjes muertos,

en el cabildo de los cipreses secos.


INESTRILLAS HOY


Bajo el sopor del bochorno se agrava

la calle enmarañada de misterio,

donde, amarilla y marchita la hierba

se yergue como en el viejo cementerio.


Calienta el sol… Las puertas entornadas

esperan a alguien que vendrá seguro,

agobia con su calma sus pisadas

deslizándose al lugar más oscuro.


La sombra de los tristes interiores

apuñalan de luz los resplandores

de arquetas familiares, y en el fondo


en el vago y vivaz fulgor del huerto…

¡Reina un reposo tan tedioso y hondo

que parece encontrarse todo muerto!

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