A LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN
(tiempos de pandemia)
¡Oh! Madre de las luces...,
altísima luz de esta tierra
de cuyos rayos inmensos
participa un rayo apenas;
causa de todas las causas
Madre de sabiduría inmensa,
que en la gloria de ti misma
sin principio ni fin reinas.
¿Cómo
siendo Tú, Madre, entre madres la más buena,
y de amor y de
ternura tu alma toda hallarse llena
no salvar a tu pueblo del
microbio que ahora acecha?
Tú que eres Reina venerada, tu favor
divino imploro,
sé que nunca quieres perder de Inestrillas su
tesoro
el caudal inagotable de creencias y decoro...
La flor de este entorno tan divino,
eres Tú, Madre, por la que vivimos;
este año no hay fiesta ni encierros,
ni bailables ni día de dulces vinos;
este año solo hay rezos y ruegos,
¡Duro es el sendero del destino!
Pues la epidemia nos tiene presos
y la parca, acecha en el camino.
Por eso hoy para felicitarte
lo hacemos desde tu pueblo peregrino,
muchas veces, procedemos con buen tino,
pero hoy no es posible hacer este camino;
hoy somos reos de este duro destino
y se apagaron los cantos y el buen trino.
Madre, nos sentimos solos ante la epidemia
y te pedimos ayuda para tanta porfía.
No abandones a tus hijos Madre mía;
favor te pedimos en estos duros y tristes días…,
se con nosotros tolerante ante tanto sufrimiento,
ayúdanos a seguir siempre adelante.
Danos luz en este hermoso día de tu Santo
y en todos los que vengan…,
por los siglos de los siglos.
Logroño, 15 de diciembre de 2021
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