ELEGÍA VIII (Había un frontón)

Había un frontón donde yo jugaba

y una escuela había donde yo aprendía;

se cayó el frontón, se cerró la escuela,

los mozos se fueron, los niños no juegan.

Había un frontón en la plaza vieja,

y una fuente hay con agua muy fresca,

enfrente un palacio viejo y arruinado

que poquito a poco se va desplomando,

a la calleja vieja.

Más abajo siguiendo la calle

cien viviendas hay con miles de años,

y una iglesia antigua, y una cárcel vieja,

y un castillo moro y otro cristiano

que se dan la mano.

Y cruzando el río allí en lo más alto

en la lontananza hay un santuario;

allí está la Madre, la Madre del Prado,

y antes de subir por la barranquera

verás un calvario.

En el pueblo hay cien tejados rojos,

y un San Antonio patrón de los novios;

más arriba tiene santo cementerio,

donde poco a poco llevan en sus hombros

a sus seres muertos.

(De pronto, ya es primavera, fluyen los amores

entre golondrinas, vencejos y alegres ruiseñores.

Suaves vientos llenan el campo de perfumes,

espigas, juncos y árboles se llenan de flores,

los solitarios balcones se llenan de mujeres

que cantan y sueñan con alegres sensaciones;

las flores todas doblan sus colores,

y la armonía reina en sus moradores.

El pueblo está vivo, llegan los calores

y todo resurge, claman al cielo agua para flores,

para sus campos, para sus sudores...)

Había un frontón donde yo jugaba

y una escuela había donde yo aprendía;

se cayó el frontón, se cerró la escuela,

los mozos se fueron, los niños no juegan.

Había un frontón en la plaza vieja,

y una fuente hay con agua muy fresca,

enfrente un palacio viejo y arruinado,

más allá una cárcel y también la iglesia

y al final de todo un puente romano.

Enero cuajó de espejos el río

y al pueblo llegó el intenso frío,

se borran silencios en la lejanía,

se adentra la noche con su poesía

y el pueblo durmió su melancolía.

Inestrillas, 24 de mayo de 2006.

Con esta poesía LA CONSEJERÍA DE PRESIDENCIA Y ACCIÓN

EXTERIOR DE LA RIOJA, me concedió el 1er Premio de poesía

en el “XII CERTAMEN LITERARIO 2006 EN PROSA Y VERSO”.

(De mi libro, “Atardecer en el Alhama”)